
Los críticos de cine de hoy en día han hecho una infinidad de categorías para géneros cinematográficos, tipos de personajes y tramas arquetípicas. El cine ha sido tan prolífico en las últimas décadas que ahora es fácil identificar patrones. Los que escriben acerca del cine utilizan ya una jerga que explica en pocas palabras una película. «La película XYZ es del género romántico adolescente del tipo chico conoce chica que explora nuevamente al protagonista desadaptado pero con carisma que se enfrenta a los típicos bullies mediante un poder mágico». En inglés, una de estas jergas es el término trope; es definido como una trama sobre explotada que puede ser etiquetada con un nombre simple. Puede haber tropes de «La Chica Cool» el «Chico Bueno» o «el psicópata agradable». Estos se forman con el paso de tiempo y el reciclado de argumentos anteriores bajo una piel nueva.
Así fue como en el año 2005, el crítico de cine Nathan Rabin decidió acuñar el término Manic Pixie Dream Girl (MPDG) tras ver la película Elizabethtown protagonizada por Kirsten Dunst y Orlando Bloom. El término según palabras del autor significa:
«esa criatura cinematográfica burbujeante y superficial que sólo existe en la febril imaginación de escritores-directores sensibles para enseñar a las jóvenes almas depresivas a abrazar la vida y sus infinitos misterios y aventuras».
El concepto de la MPDG se popularizó rápidamente y se convirtió en otro cliché más del cine. En los años posteriores se asignó el término a nuevas y viejas películas que parecían tener personajes con similares características: Natalie Portman en Garden State y Kate Hudson en Almost Famous. Pareciera que la misma mujer imaginaria se apareciera en la mente de los escritores para cumplir un objetivo con el personaje principal y dejar de lado sus propios sueños e historia.
El término ha tenido una adopción por parte de los mismos escritores, quienes han hecho guiones basados en la antítesis de las MPDG y que han destapado un curioso pero interesante debate en internet. ¿Por qué los hombres nos sentimos atraídos por este tipo de personajes? ¿Cuál es la explicación social de su creación? y ¿cómo ha sido deconstruido este concepto en la actualidad?
Para responder estas preguntas nos basaremos en varias películas que proyectan este tipo de personaje o que por el contrario, presentan su contraparte: 500 days of Summer, Ruby Sparks, Elizabethtown, Her y Lost in Translation. Cada una de estas presenta ideas atractivas e interesantes respecto al al amor verdadero, el sentido de la vida y el romance condenado al fracaso. Analicemos una por una:

1. Elizabethtown
La película que creó el concepto posee un protagonista que fracasa estrepitosamente en el diseño de un zapato deportivo en la empresa para la que trabajaba. Al ser despedido, su novia termina con él y Drew Baylor decide que su vida ha dejado de tener sentido y opta por suicidarse en su departamento. Unos momentos antes de que el acto ocurra, una llamada de teléfono de parte de la hermana de Drew le informa al protagonista que su padre ha muerto. Consternado por la noticia, el fracasado diseñador decide realizar un último viaje a su pueblo natal para despedir a su padre y posteriormente regresar a culminar el acto.
Sin embargo, la película bendice al protagonista con una simpática azafata que se aburre en un vuelo casi sin pasajeros y decide hacer plática a un Drew Baylor antipático y desganado. En la conversación se da cuenta que el protagonista viaja para un funeral y que aún tiene esperanzas por mantener su antigua relación. Al finalizar el vuelo, la Claire Colburn (Kirsten Dunst) le entrega un mapa hacia Elizabethtown, el pueblo de dónde su familia es originario además de sus datos de contacto. En esa escena, el espectador empieza a sospechar de la congruencia del personaje con la realidad. Drew muestra cero interés por la interacción y eso no hace perder ni una pizca de emoción en Claire, quien parece quedarse interactuando con él como si fuera el hombre más interesante del planeta.
La interacción de ambos protagonistas se retoma cuando en una serie de llamadas a su familia y exnovia, la única que contesta el teléfono es ella. Afortunadamente, para Drew, Claire posee una inmensa cantidad de tiempo para platicar con él y crear un rapport que no se había logrado en persona. La azafata llega en el momento más crítico para el personaje principal.
Es la compañera ideal para un momento de duelo e intento suicida. Tal cuál describe Nathan, el rol de Claire depende totalmente del personaje principal. Nunca conocemos su historia o los deseos y metas de la chica. No sabemos mucho de su pasado y pareciera que tiene un novio imaginario o que nunca le pone atención. Ella está ahí para ayudar a Drew a superar sus conflictos y hacerle ver que la vida es bella. Claire nunca pierde el interés por Drew y continúa guiándolo por la vida con interesantes actividades y un mapa interactivo que probablemente a alguien en la vida real le hubiera tomado meses elaborar.
Al final, Claire le muestra una bifurcación en su vida. Puede continuar el regreso a su casa (e implícitamente) cometer suicidio o ir a buscar a Claire a una feria y comenzar su nueva vida. Drew, por supuesto, opta por la segunda opción.
Este personaje dio pie a que se pensara en los mismos términos para criaturas similares en otras películas. Uno de los más citados es Sam de la película Garden State. Con un argumento similar a Elizabethtown, un protagonista masculino regresa a su pueblo natal después de nueve años de ausencia. En su regreso conoce por casualidad a una chica que posee características similares a Claire. Dado que la película fue lanzada tan solo un año antes de Elizabethtown, las similitudes entre argumentos y personajes parece haber dado pie a la idea de MPDG. Años más tarde surgieron toda clase de artículos y videos analizando este trope. Sobretodo, se buscaba poner esta etiqueta en otros clásicos como Annie Hall y Breakfast with Tiffany. La idea misma dio pie a que dos años después surgiera otro personaje que fuera precisamente la antítesis de la MPDG: Summer.

2. 500 Days with Summer
Una de las comedias románticas más queridas por parte del público masculino es sin duda 500 Days of Summer. Una historia definida por el narrador como el chico que conoce chica pero que no nos habla de una historia de amor sino sobre la idea del amor mismo. El protagonista, Tom (Joseph Gordon-Levitt) conoce a una chica llamada Summer (Zoey Deschanel) en su trabajo. Con una carrera frustrada y una terrible inclinación por encontrar a la chica de sus sueños y al amor verdadero, persigue a Summer hasta que ella empieza a tener un interés por él. Una vez que inician su relación, ambos personajes poseen diferentes ideas del amor que terminan chocando entre ellos. Summer, a los ojos de Tom es una chica similar a Claire de Elizabethtown; pareciera solo existir para cumplir los sueños más anhelados del protagonista.
Dado que la película se cuenta desde el punto vista de Tom, solo podemos observar a Summer desde los ojos de Tom. Y a pesar de la falta de atención del protagonista por pequeños detalles que delatan lo que Summer realmente siente por él, este continúa en su acérrimo intento de volver a su pareja su amor verdadero. Summer se da cuenta de los sentimientos de Tom y decide terminar la relación antes que le haga más daño. Y es aquí en dónde entran los elementos que contraponen al personaje con la idea de la MPDG. Summer posee intereses en la vida que van más allá de Tom.
Tiene una idea propia del amor y parece entender estar abierta a permanecer sola o, quizás, encontrar alguien más compatible que su actual pareja. En resumen, la película rompe con el molde creado en Elizabethtown. No podemos entender su punto de vista ya que todo lo vemos desde Tom, y para él, Summer es una MPDG. Y en eso consiste la crítica del guionista a otras películas anteriores.
Este personaje ficticio se revela y en lugar de volverse un sueño, se transforma en pesadilla. Aunque pareciera que el interés de Summer por Tom es genuino, ella tiene un modo de ver la vida en que las relaciones son pasajeras y que el amor verdadero no existe. Lo que frustra a Tom es la razón por la qué ella accedió a salir con él estando enterada de sus valores morales. Y este debate ha llevado a que muchos fanáticos de la película entren en enormes debates.
La hipótesis más común es que Summer quería entrar en el mundo de Tom, entender por qué pensaba de tal manera, y quizás, sentir amor. Desafortunadamente para Tom, llegó un punto en que sintió que estaba llegando demasiado lejos y decidió no lastimar a Tom. Los mismos actores han llegado a entrar al debate y casi todos llegan a la misma conclusión: La culpa del sufrimiento de Tom es de él mismo. Idealizó a su pareja y se perdió de los detalles que le decían que el asunto sería pasajero. En esta película encontramos un concepto muy interesante que se ha desarrollado en otras películas, la idea del romance condenado al fracaso.
En las películas cuya trama es un romance condenado al fracaso, la relación de una pareja termina debido a conflictos internos entre ambos. Al contrario de un romance trágico como Titanic, Romeo y Julieta o A Walk To Remember en el que algo fuera de ellos se interpone en su camino (la familia, un desastre natural o una enfermedad), en el romance condenado al fracaso el amor se destruye por decisión propia de los involucrados. En este tipo de películas, los protagonistas están buscando una meta distinta al amor, en ocasiones la meta ni siquiera es buscada por el personaje. Este encuentra algo que no era lo que quería sino lo que necesitaba. La aventura romántica lleva al protagonista a encontrar un crecimiento personal.
Un aspecto olvidado en la película es la forma indirecta en que Summer empuja a Tom para que persiga sus verdaderos objetivos. Él es un arquitecto frustrado que trabaja como diseñador de tarjetas de regalo por necesidad económica. Aún extraña su profesión y la película hace notar este anhelo en diferentes tomas. El único personaje que sabe del anhelo de Tom es Summer, le pregunta sobre su profesión, disfruta que dibuje edificios sobre su brazo e incluso, al final de la relación, sigue interesada en saber si Tom finalmente se decidió a perseguir sus sueños.

3. Lost in Translation
La película de Sofía Coppola del 2003 es otro ejemplo más de los romances condenados al fracaso. Protagonizada por Scarlett Johansson y Bill Murray, la película nos cuenta la historia de dos americanos que se encuentran en Japón por razones ajenas a su deseo. Bob Harris (Bill Murray) es un famoso actor americano en plena decadencia. Una marca de licor japonés lo contrata para que vaya al país oriental a filmar un comercial para la marca.
Bob también es invitado a hacer otras actividades promocionales en su estancia. Todas estas actividades no le causan ninguna emoción al actor y la disparidad cultural que siente en Tokio lo hace sentirse aislado e incomprendido. En el hotel conoce a Charlotte (Scarlett Johansson), una chica recién graduada y casada con un fotógrafo quien la lleva a Japón por trabajo. Ambos personajes sienten la misma sensación de soledad e incomprensión y solo hasta que entablan plática cambian su estado emocional.
Ambos conectan inmediatamente y se dan cuenta que poseen lazos inexplicables que los unen. Una sensación de comprensión y compatibilidad emocional los hace entablar una amistad genuina durante los días que pasen en Japón. Un encuentro fortuito que se da en las circunstancias equivocas en un momento inoportuno. A pesar de la diferencia de edad, ambos personajes se sienten profundamente acompañados aunque saben que su relación terminará no porque se desvanezca la atracción sino porque las condiciones externas que los unieron serán las que los separarán. Lost in Translation es la historia de un romance condenado al fracaso.
El matrimonio de ambos los coloca en el espectro contrario de la curva marital. Mientras que Charlotte se encuentra iniciando su vida de casada, Bob está en las etapas finales de esta (aparentemente). Aunque ninguno de los dos expresa explícitamente la sensación de lejanía e incompatibilidad con sus respectivas parejas, el filme lo hace notorio por las llamadas telefónicas superficiales y la falta de atención emocional en ambos casos. Una situación que hace sentir a los personajes perdidos.
Barreras infranqueables como la edad, la situación marital, y el momento transitorio en el cuál conviven condena la relación a tener un fin. Aquí no vemos a Scarlett Johansson como una MPDG ni se habla de destino. Para la escritora y directora, la película habla de la soledad y el crecimiento. Tanto Bob como Charlotte se necesitan uno al otro para compensar el vacío emocional y existencial que viven. La diferencia con 500 days of Summer es que ninguno de los personajes se siente traicionado por el otro. Saben que están varados en un lugar y momento de sus vidas que terminará pronto.

4. Ruby Sparks
Al igual que 500 days of Summer, la película que critica o se inspira en la idea de la MPDG es Ruby Sparks. En esta comedia romántica conoceremos al escritor Calvin Weir-Fields (Paul Dano) que crea mediante su máquina de escribir a su chica ideal Ruby Sparks (Zoe Kazan), que según el argumento, se le ha aparecido constantemente en sus sueños. Como por arte de magia, un día se despierta y se da cuenta que aquella mujer ficticia se ha hecho realidad.
La película plantea este escenario para poner en la discusión las ideas modernas que existen sobre el amor. Ruby, inicialmente es una mujer que quiere a Calvin pero a su vez manifiesta cierta independencia de él. Dadas las circunstancias de su creación, Calvin posee el poder para cambiar aquellas actitudes que no le gustan de su novia y moldearla a la perfección.
Esta ficción crea interesantes escenarios para el personaje principal. El escritor es una persona con una vida incumplida quien «crea» una mujer ideal para que ella le de sentido a su vida. Este escenario peligroso empieza a reflejarse en la relación en cuanto el periodo de luna de miel termina. Una vida vacía crea relaciones poco saludables. Calvin considera a su novia como producto de su propia creación. Todos los atributos físicos y de personalidad fueron puestos por él y en lugar de considerarla un ser humano independiente, piensa que ella es de su propiedad.
Cuando Ruby empieza a mostrar cierta independencia y una vida fuera de Calvin, los problemas comienzan. Ruby Sparks es un reflejo de su personalidad y esto le causa conflicto. Su principal dilema es la incapacidad para entender a Ruby fuera de sí mismo y sus necesidades. Y dado que la considera de su propiedad revela su lado más oscuro al confesarle la capacidad que tiene para modificarla a su antojo. La película pareciera ser una historia de advertencia para la idea de amor que existe en la realidad. Una persona infeliz no puede arreglar su vida mediante la llegada de alguien más. Una relación agrega más a la vida de una persona satisfecha pero no basa su felicidad en alguien más.
La escritora del guión es también la actriz de la película. El personaje del escritor es en realidad su pareja en la vida real. Ruby Sparks es un ataque más frontal que Summer a la idea de la MPDG. Es una crítica a una idea constante de deseo masculino en la actualidad. Una proyección idealizada de la mujer como ángel divino de la salvación existencial. Una idea recurrente como resultado de un problema social que existe en la sociedad pero que apenas se le pone atención. Y conforme avanzamos más en los análisis de estas películas podemos observar ese vacío con mayor claridad.
Vayamos ahora a la película de Her.

5. Her
Película dirigida y escrita por Spike Jonze, ex-pareja sentimental de Sofía Coppola, muestra similitudes en lo que parecen ser dos filmes hablando de una misma relación. Aquí pareciera que estamos apreciando el punto de vista masculino. La historia nos cuenta la vida Theodore Twombly (Joaquin Phoenix), un escritor que trabaja en una empresa que se dedica a escribir cartas de amor para otras personas. El protagonista está pasando por una ruptura y su vida es monótona y solitaria. En un momento de su cotidianidad se entera de la existencia de un nuevo sistema operativo (SO) con una nueva inteligencia artificial. Cuando Theodore instala el SO se da cuenta que la tecnología le permite interactuar con su computadora casi de la misma forma en la que lo hace con un ser humano. Theodore utiliza está compañía para compensar la soledad que vive, resultado de su matrimonio fallido.
La conexión entre Lost in Translation y Her se hace evidente en los espacios físicos en los cuales se mueven sus personajes. La ciudad de Tokio representa la inmensidad desconocida en la que Charlotte se siente insignificante. En el mundo de Her, Theodore camina por las calles de una futurista ciudad de Los Ángeles en dónde todos caminan mientras hablan con sus dispositivos inteligentes, viajando juntos pero cada quién en su propia burbuja. La soledad se manifiesta tanto por la actitud de sus ciudadanos como por el tamaño de sus grandes rascacielos.
Theodore aún no logra superar su divorcio y se rehusa a firmar los papeles. Samantha, el sistema operativo ayuda al personaje principal a lidiar con sus problemas y finalmente hace que Theodore deje su matrimonio fallido atrás. Spike Jonze filmó ciertos detalles en la película que parecieran ser un guiño a su ex-pareja Sofía Coppola. Uno de estos detalles es la carta final que le escribe Theodore a su esposa, carta que al comienzo de la película le cuesta redactar, a pesar de realizar esa misma tarea como forma de vida.
Otros guiños son la similaridad de las tomas en ambas películas. Dado que el tema de ambas películas es la soledad, existen planos casi iguales en ambas, Charlotte y Bob en un elevador, caminando en la inmensidad de una ciudad, Charlotte y Theodore mirando por la ventana de un tren, escenarios de un mundo extraño y ajeno a los problemas que aquejan a todos los personajes de ambas películas.
Her, entrando en el terreno de la especulación, pareciera estar obedeciendo a dos MPDG, su antigua ex-esposa, a quien todavía idealiza como un fracaso en el que asume completamente la culpa y a Samantha, quien al no ser una persona «real» pero con quien puede desarrollar un vínculo emocional a pesar de estar consciente que será un romance condenado al fracaso. Lo que nos lleva a la pregunta: ¿Por qué persiste esta imagen idealizada de las mujeres en los escritores? Analicemos las películas en su conjunto:

Arquetipos, la Diosa Venus y inconsciente masculino
Nos encontramos con un escenario interesante en las cinco películas. Dos fueron escritas por mujeres y tres por hombres. Cuatro de ellas dan mayor peso al personaje masculino ya sea para representar un tema o analizarlo desde su punto de vista. La película más vieja, Elizabethtown, es que la película que da pie a la creación del concepto (aunque el autor se arrepiente de haberlo hecho años más tarde), la idea se volvió parte de la cultura popular y generó un uso y abuso del término hasta nuestros días. Se han hecho musicales, libros y novelas apelando o criticando el término. Cuando el autor del concepto se dio cuenta de lo que había creado decidió que el trope había llegado demasiado lejos. Y es que personajes anteriores a Elizabethtown empezaron a ser catalogados con esta etiqueta.
Los escritores de 500 días con Summer y Ruby Sparks pensaron en sus películas con esta idea en mente. Sobre todo, pensando con la moral moderna cuya sensibilidad ante cualquier elemento cultural que les suene misógino debe ser deconstruido y analizado. Por eso Summer rompe con el fundamento básico del concepto, la MPDG existe para aliviar los problemas del protagonista masculino y curar su depresión, ella destruye la fantasía masculina. Un autor de best-seller llamado John Greene llegó a decir que todo el propósito de su novela fue criticar la idea y destruirla por completo. Dejó de ser una idea del inconsciente colectivo o arquetipo a ser blanco de la moral progresista de la sociedad norteamericana. Y eso supuso su prematura muerte.
Lo que aún no observamos en el análisis es que existe una razón social para ver este personaje en las fantasías cinematográficas, y es que apela a la representación mitológica de Venus y el caos. Venus es la imagen divina de una mujer perfecta una imagen femenina creada para motivar a los hombres. Jordan Peterson interpreta esta idea en una de sus cátedras, los hombres tienen miedo al rechazo porque ven este arquetipo en una mujer que desconocen. Se dice que la Diosa fue creada en la antigüedad para inspirar a los hombres. El miedo se pierde cuando dejan de ver a la mujer como una figura idílica y comienzan a verla por la persona que es.
En Zorba el Griego de Nikos Kazantzakis, el personaje principal se cree maldecido por esta idea idílica debido a una mala acción de su juventud. Zorba cuenta que cuando era joven solía llevar serenata junto con sus amigos a una mujer muy hermosa, con la esperanza que esta abriera su balcón. Sin embargo, cerca de su casa había una señora de edad avanzada que pretendía que la serenata era para ella. En secreto cada noche se paraba, se arreglaba frente al espejo y discretamente observaba el evento tratando de imaginar que la música estaba dedicada a ella. Zorba se dio cuenta de esto y decidió gritarle a la anciana para burlarse de ella.
La pobre mujer, enojada, le grita a Zorba «¡Te maldigo desde lo más hondo de mi corazón!», meses más tarde, la anciana en agonía tuvo la oportunidad de continuar con la maldición y acusarlo de la causa de su muerte. Desde ese entonces, Zorba dice estar condenado a perseguir a «la especie hembra», a una figura divina que se le aparece en todas las mujeres que conoce.
El concepto de la MPDG es un arquetipo masculino de la diosa Venus. Es una exaltación idílica por conocer a una mujer que empate con los atributos más deseados de su género. Curiosamente, cuatro de los ejemplos mencionados concuerdan en esto. En Elizabethtown, Her, Ruby Sparks y 500 días con Summer vemos mujeres que actúan como musas, reflejos, salvadoras o ideas generadas desde la percepción masculina. Summer desde el punto de vista de Tom es una MPDG aunque desde el punto de vista del espectador es una chica ordinaria con metas propias. Ruby Sparks es literalmente una mujer creada por la mente de un hombre para satisfacer los sueños en los que estaba inmerso.
Claire es un personaje que «salva» al personaje masculino del suicidio al acompañarlo en un viaje y actuar como salvadora de su actitud suicida frente al fracaso. Tan solo el caso de Lost in Translation podemos observar una necesidad mutua de compañía y tanto Charlotte como Bob buscan respuestas al vacío de sus vidas. Sin embargo, comparten la idea del romance condenado al fracaso con Her, 500 Days of Summer y Ruby Sparks.
Sobre los motivos por los cuales la idea resuena constantemente en la actualidad podríamos establecer varias conjeturas. Una de ellas es el constante retraimiento de los hombres hacia la fantasía. Una frustración constante del género masculino por encontrar una pareja ideal en la vida real. En algunos países suele darse de forma más evidente que en otros. En Japón, por ejemplo, existen hombres llamados herviboros cuya característica principal es evitar la búsqueda de cualquier relación de pareja con nula asertividad y ningún deseo sexual.
En el mismo país se llegan a dar casos de hombres que prefieren tener relaciones sentimentales con dibujos animados o muñecas de tamaño real. En Estados Unidos se ha popularizado un movimiento llamado MGTOW cuyo objetivo principal es optar por no tener contacto o relaciones con género opuesto debido a la alta probabilidad de fracaso tanto personal como legal que puede darse por el matrimonio o la simple convivencia romántica.
Los críticos de cine actuales ven el concepto de la MPDG como muerto o transformado. Debido a que la idea misma fue explotada y criticada al extremo que cualquier escritor moderno que se atreva a crear un personaje con estas características es vetado inmediatamente del mundo de las ideas originales. Es por eso que después de que el término fue acuñado, las películas posteriores suelen ser deconstrucciones, críticas y evoluciones. Incluso se llega a pensar en el término como un simple producto de la mala escritura. En cualquier caso, estamos ante una idea que parece estar ahí, flotando entre la fantasía y la realidad, entre los sueños y la ficción. Buscando satisfacer e inspirar las frustraciones de un mundo en el que la idea del amor y las relaciones parece ser más visible en la fantasía que en la realidad.
Más información:
https://www.glamour.com/story/the-manic-pixie-dream-girl-isnt-dead-shes-just-evolved
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