La presencia de planteamientos filosóficos en el cine se puede apreciar prácticamente desde sus inicios. Al ser el cine un medio artístico de gran alcance, ofrece la posibilidad de abordar temas de gran relevancia y profundidad de una manera atractiva para el público. Los grandes cuestionamientos filosóficos que se ha hecho el hombre (como Rene Descartes y Platón) desde tiempos antiguos son comúnmente retomados por creadores de distintas disciplinas artísticas, incluyendo músicos, escritores y cineastas. La estrecha conexión entre la filosofía y el arte se puede apreciar en la siguiente frase de Nietzsche:
“Los filósofos suelen situarse ante la vida y la experiencia como ante un cuadro que se hubiera pintado de una vez y para siempre, y representase inmutable e invariablemente la misma escena.”
En el caso del cine, la película tomaría el lugar del cuadro, convirtiéndose en ese objeto de contemplación y reflexión que permanece a través del tiempo.
Uno de los temas filosóficos más interesantes que se puede analizar en el cine es el cuestionamiento sobre qué es la realidad y el conocimiento verdadero. Intentaremos identificar algunos de estos planteamientos en dos obras cinematográficas que abordan el dilema sobre lo real a partir de la ciencia ficción. Las películas The Matrix (Wachowski & Wachowski, 1999) e Inception u “Origen” (Nolan, 2010) presentan historias en donde la trama se centra alrededor de la existencia de dos mundos, uno real y uno ficticio. Lo más cautivador para el espectador es que en las dos películas hay cierta ambigüedad con respecto a la realidad y la distinción entre ambos mundos se vuelve cada vez más confusa y complicada, enfrentando a los personajes con profundas reflexiones sobre lo que es su realidad.
El cuestionamiento acerca de lo real es algo que el ser humano se ha planteado desde la antigüedad. Distintos pensadores y corrientes filosóficas han explorado esta cuestión a partir de dos grandes posibilidades. El debate se centra en discernir si la realidad es algo que surge del mismo sujeto o si es algo que existe de manera externa e independiente a él. ¿Qué tanto de lo que consideramos real es simplemente un producto de nuestra mente? Si existe verdaderamente un mundo real externo al sujeto, ¿de dónde surge?
El realismo y el idealismo son dos propuestas filosóficas que intentan explicar la forma en que podemos acceder al conocimiento real y verdadero. El realismo parte de la premisa de que la realidad es todo aquello que se encuentra fuera de nosotros en el mundo; todas las cosas que están en nuestro entorno y que existen de manera independiente y trascendente. En contraste, el idealismo afirma que la realidad es el pensamiento o la idea, es decir, que lo real es la percepción de un objeto tal como existe internamente en nuestra conciencia. Veamos como estas dos propuestas se exploran en el cine.
En The Matrix, el dilema se presenta en un mundo real dominado por máquinas que han esclavizado a la humanidad en un mundo-sueño computarizado. Solo algunas personas están conscientes de la existencia de esos dos mundos, pero la gran mayoría de la humanidad vive en la ignorancia convencida de que ese mundo-sueño es la realidad.
Morfeo es el filósofo por excelencia. Es un personaje realista que acepta la trascendencia y que la realidad es independiente de nuestra percepción. Sabe la verdad sobre el mundo idealista de la matrix e intenta despertar a otros. “¿Qué es real? ¿De qué modo definirías real? Si te refieres a lo que puedes sentir, a lo que puedes oler, a lo que puedes saborear y ver, lo real podría ser señales eléctricas interpretadas por tu cerebro.”
Neo es un personaje que sufre una transformación a lo largo de la historia. Empieza siendo un idealista que desconoce y duda de la existencia del mundo externo. No le gusta la idea de no estar en control de su vida; él confía en lo que su percepción inmanente le dice. Morfeo hace referencia al idealismo de Neo cuando le explica lo que es la matrix: “La matrix está en todos lados (…) lo puedes ver cuando miras por tu ventana, (…) lo puedes sentir cuando vas a trabajar, (…) es el mundo que ha sido colocado sobre tus ojos para cegarte de la realidad.”
Morfeo le presenta la opción de conocer la verdad sobre la matrix, Neo acepta adoptando un idealismo trascendental, basándose en la experiencia pero aceptando la posibilidad de una realidad exterior que da origen a esos datos empíricos. Una vez fuera de la matrix, Neo despierta y pregunta por qué le duelen los ojos. Morfeo responde que es porque nunca los ha usado. Ese “despertar” puede ligarse a uno de los planteamientos más importantes de la filosofía clásica: la Alegoría de la caverna de Platón.
En la alegoría unos esclavos viven en una cueva en la que solo ven sombras que se proyectan sobre un muro. Para ellos, esas sombras son la realidad porque nunca han visto algo más. Un esclavo logra escapar de la cueva y ve el sol (la luz) por primera vez y decide regresar para ayudar a los otros a salir. En The Matrix, la analogía es muy clara: todos los humanos viven insertados en la matrix (cueva), creyendo que esa es la realidad. Neo representa al esclavo que escapa y logra despertar y ver el mundo externo. “Eres un esclavo, Neo. Igual que los demás, naciste en cautiverio. Naciste en una prisión que no puedes ni oler, ni saborear, ni tocar. Una prisión para tu mente”.
El debate entre realismo e idealismo continúa durante toda la película. En una escena aparece un niño que puede doblar cucharas con la mente. Se plantea nuevamente la pregunta sobre lo que es real. “No trates de doblar la cuchara, eso es imposible. – dice el niño – En lugar, trata de darte cuenta de la verdad: no existe la cuchara. Entonces verás que no es la cuchara la que se dobla, sino que solo eres tú.”
¿Pero cuánto de lo que creemos que es real depende de nuestras propias percepciones y pensamientos, y cuánto depende de las ideas de otros?
Inception y el sujeto soñante
Esta pregunta se toca a fondo en la película Inception, que plantea la problemática de implantar una idea en la mente de un sujeto soñante. La dificultad radica en que el sujeto acepte la idea como inspiración verdadera suya. La forma de lograrlo es creando un mundo de sueños colectivos sobrepuestos que permitan acceder a los niveles más profundos del subconsciente. “Una idea. Resistente. Altamente contagiosa. Una vez que una idea se ha apoderado del cerebro es casi imposible erradicarla. Una idea completamente formada y entendida, que se aferra…”
El idealismo se hace presente en los sueños que se van construyendo a lo largo de la trama, pero solo hay un personaje que se puede considerar plenamente idealista, Mal, que está convencida que el sueño en el que se encuentra es la realidad. Para ella no existe una realidad fuera de la conciencia; su existencia depende de Cobb, ya que cuando él deje de percibirla ella dejará de existir. Un diálogo entre ellos esclarece sus posturas:
Cobb: “Una idea es como un virus, resistente, contagiosa. La semilla más pequeña de una idea puede crecer (…) y definirte o destruirte”.
Mal: “La idea más pequeña como, ‘tu mundo no es real’. Un simple y pequeño pensamiento que lo cambia todo. (…) [Tú] tan seguro de tu mundo, de lo que es real (…)”.
Cobb: “La culpa siempre está allí recordándome la verdad.”
Cobb es el personaje realista, siempre consciente de lo que pertenecía al mundo real y lo que era parte del mundo de los sueños. Sin embargo, su crisis personal en torno a la muerte de su esposa se empieza a manifestar como proyecciones en los sueños. La presencia de Mal en el sueño construido surge, entonces, del subconsciente de Cobb, pero es percibida por todos los que se encuentran en ese mundo de sueño. De esta manera, la línea entre sueño y realidad se vuelve un tanto difusa, inclusive para él.
Los demás personajes parten de una postura realista; creen en la existencia de un mundo trascendente y que la realidad se capta mediante una adecuación entre el intelecto y las cosas externas. No obstante, ya dentro de los sueños florece un idealismo trascendental, sobre todo en la figura del “arquitecto” que se convierte en sujeto creador que construye sobre la materia preexistente y la organiza dentro de los marcos de espacio y tiempo. Los personajes navegan en esta dualidad realista-idealista, inclusive Cobb que lo demuestra así: “Nos encontrábamos en (…) nuestro subconsciente. Perdimos de vista lo que era real. Creamos, construimos un mundo para nosotros (…). No era tan malo al principio sentirse como dioses, el problema era saber que nada de eso era real.”
En un diálogo entre Cobb y Ariadne se percibe también este tinte idealista de Cobb cuando él le dice: “En un sueño (…) creamos y percibimos nuestro mundo simultáneamente. Nuestra mente hace esto tan bien que ni siquiera nos damos cuenta (…).” En esta frase se percibe claramente la premisa del idealismo que propone que conocemos los objetos construyéndolos en nuestro pensamiento.
Conclusiones
El problema de lo real ha sido abordado por muchos filósofos de gran relevancia. René Descartes, por ejemplo, pasó mucho tiempo analizando el tema. Su postura idealista se puede apreciar claramente en su famosa frase “Cogito, ergo sum” (pienso, luego existo). El dilema de distinguir entre sueño y realidad es otro de los puntos en los que profundiza Descartes. En su Discurso del método escribió: “Considerando que todos los pensamientos que nos vienen estando despiertos pueden también ocurrírsenos durante el sueño, sin que ninguno entonces sea verdadero, resolví fingir que todas las cosas que hasta entonces habían entrado en mi espíritu no eran más verdaderas que las ilusiones de mis sueños.”
Ambas películas tocan el tema de la duda cartesiana en cuanto a la posibilidad de distinguir los sueños de la realidad. En The Matrix Morfeo pone en evidencia este punto: “¿Alguna vez has tenido un sueño, Neo, que parecía muy real? ¿Qué ocurriría si no pudieras despertar de ese sueño? ¿Cómo distinguirías el mundo de los sueños de la realidad?” Por su parte, en Inception el cuestionamiento está constantemente presente en Mal quien, debido a la implantación de una idea, se convence de que la realidad es un sueño y que el sueño es la realidad. El mismo Cobb expresa: “Los sueños nos parecen reales mientras los tenemos ¿no? solo cuando nos despertamos, nos damos cuenta de que algo no cuadra.”
El problema de lo real sigue siendo un tema de debate a nivel filosófico. ¿Será que existe realmente un mundo objetivo, externo e independiente a nuestros pensamientos? ¿O será nuestra mente la que crea nuestra percepción de la realidad? ¿Y si la respuesta a ambas preguntas es sí?
Referencias
Alvarado Duque, C. F. (2017). Filosofía y cine. De Friedrich Nietzsche a David Lynch. Buenos Aires: Teseo.
Martínez, I. (1999). Fundamentos de Filosofía. Madrid: ONCE.
Nolan, C. (2010). Inception. E.U.A.: Warner Brothers.
Platón. (s, f). La caverna. En La República (versión electrónica). Recuperado de: http://www.e-torredebabel.com/Historia-de-la-filosofia/Filosofiagriega/Platon/MitodelaCaverna.htm
Wachowski, A. y Wachowski, L. (1999). The Matrix. E.U.A.: Warner Brothers.
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