el juego del calamar

«El morador del panóptico digital es víctima y actor a la vez. Ahí está la dialéctica de la libertad, que se hace patente como control.»

Byung-Chul Han

La serie más aclamada de Netflix este año es El Juego del Calamar (Squid Game-오징어 게임) que ha traído de vuelta muchos debates respecto a lo que es el mundo hoy. La serie surcoreana ha mostrado una cara terrible de su sociedad. Un mundo en el que la alta competitividad está destruyendo la psique del ciudadano promedio del país. Una sociedad con enormes cargas de deuda familiar que piensa en el pali pali (hacer las cosas rápido). Temas como la desigualdad, la meritocracia y lo rudo que puede llegar a ser el sistema de competencias del capitalismo.

Para analizar la serie usaremos a uno de los pensadores más famosos de Corea en los últimos años: Byung-Chul Han. Algunas de sus ideas han sido un fiel reflejo del país en el que el filósofo nació. Además que también puede ser un adelanto de lo que podría volverse en otras partes del planeta. La globalización ha generado procesos de homogeneización de la sociedad que de una u otra forma decantan en lo que Byung-Chul Han denomina como el individuo autoexplotado. En el siglo XXI, es una economía colaborativa (gig economy) provee de lubricante para el intercambio comercial híper veloz que sucede en un mundo conectado, la posibilidad de caer hasta lo más bajo de la escala social es alta. Trabajos de baja estabilidad, habilidades que se vuelven obsoletas en tiempo récord, crisis económicas constantes, tiempos de trabajo y/o estudio agotadores terminan por generar individuos con déficit de atención, enfermos por burnout y con altas tendencias suicidas.

Para Byung Chul-Han, la sociedad del siglo XXI ha dejado de buscar culpables a su condición social en otros y se ha volcado a sí mismo para castigarse por todo lo que no pueda lograr en la vida. Este ciudadano recurre a todas las estrategias posibles para «triunfar» en un mundo en el que se le dice que la riqueza puede estar al alcance de su mano. A diferencia en un sistema feudal que le daba un lugar específico al individuo y se le justificaba por medios religiosos, hoy en día se le dice al ciudadano que puede salir airoso de la vida con el simple hecho de disponerse a ello. Idea que ha sido duramente criticada por una película Parásitos (Parasyte-기생충) de Bong Joon-ho y la serie de Netflix de El Juego del Calamar (escrita y dirigida por Hwang Dong-hyuk).

Atención: este post contiene spoilers, por lo que te recomendamos ver la serie antes de leer.

El juego del calamar y las dos coreas

La distopía de Corea del Sur y la prisión del norte

El juego del calamar está construido bajo una serie de trabajos previos y una idea ya antes explorada. Sin duda, Parásitos es la más cercana a la serie gracias a que maneja una temática similar y fue la película acreedora al premio Oscar de mejor película del año. Además de está película, vale la pena mencionar otras inspiraciones al Juego del Calamar: Los Juegos del Hambre, Battle Royale, Oldboy y El Cubo.

Pero quizás la mayor inspiración encontrada sea la vida real. Corea del Sur ha logrado muchos avances tecnológicos en las últimas décadas al punto de ser una de las principales economías del mundo. Pero de la misma forma que la economía de Corea crece, su sociedad se autoimpone una disciplina dedicada al triunfo. La escuela, desde sus niveles más básicos exige largas jornadas de estudio y pone a sus estudiantes a luchar unos contra otros para lograr la mejor calificación. A diferencia de otros países, Corea del Sur califica según el promedio de desempeño que haya logrado el grupo en general. Si uno de ellos posee una calificación muy por debajo de este promedio el alumno es recriminado.

Squid game y las dos coreas

La paradoja de Corea es su división entre dos sistemas económicos (si es que el régimen norcoreano puede ser nombrado como tal). Por un lado, tenemos a una Corea del Sur triunfante en el panorama mundial económico mientras que en el otro tenemos una sociedad dominada por un dictador que proclama vivir en un régimen comunista. Ambos lugares se ven como diametralmente opuestos a simple vista. La sociedad surcoreana vive un capitalismo rampante que lo ha hecho despegar en riqueza pero ha deteriorado muchos de los valores de comunidad e identidad que alguna vez tuvo. Ese hiperindividualismo ha volcado a los coreanos a luchar unos contra otros. Además de esta competencia constante, las apariencias han tomado importancia de la sociedad coreana. La gente busca emparejar sus carencias y necesidades usando el crédito y la deuda. Según datos de diversas fuentes, la deuda familiar asciende hasta el 90% del PIB. Algunas de estas deudas sobrepasan hasta el 260% de sus ingresos totales. El éxito económico de unos pocos se contrasta con las carencias de una gran parte de la sociedad surcoreana. De acuerdo con datos de debt.org, la deuda promedio de una familia estadounidense es de 90 mil dólares. El fenómeno se encuentra extendido a casi cualquier país globalizado. Corea del Sur parece estar en una de las peores condiciones de deuda personal que propiciaron la creación de la serie.

Mientras en el otro lado de la frontera, en Corea del Norte, se vive en una prisión nacional. Un régimen comunista que concentra todo el poder en una dinastía que obliga a sus ciudadanos a vivir sin contacto con el mundo exterior. La base filosófica de su sociedad sostiene la idea del Juche (basándose en una propuesta marxista-leninista) que sostiene una autoindependencia cuya alianza entre el partido político y el poder debe ser inseparable. Una propuesta de vida diametralmente opuesta en el que sus diferencias son visibles desde el espacio, en el que un país está repleto de infraestructura y luminosidad mientras que el otro permanece en la penumbra.

Foucault y Nietzsche

Una sociedad dividida entre estos dos países cuya prisión está dada por la deuda y el sometimiento físico. Dos aspectos de uso del poder que interesaron a Michel Foucault y a Friedrich Nietzsche. Foucault estuvo muy interesado en el observar formas en el que poder se ejerce entre los individuos. El pensador francés postuló la idea de la biopolítica y la definió de la siguiente forma » 1. hacia la gestión y el adiestramiento de los cuerpos a nivel individual (por ejemplo, hacia maximizar sus fuerzas para integrarlas al sistema de producción capitalista); y 2. la regulación del cuerpo en términos más bien globales, por ejemplo a través del control de la natalidad, la mortalidad, la salud, la sexualidad, etc..»

Este aspecto de control dice Foucault, se vuelca hacia formas más refinadas del poder. El control del cuerpo y la mente de la población. Las dos formas existentes de gobierno en la península coreana manifiestan dos regímenes de control distintos, uno que utiliza el viejo sometimiento del amo y el esclavo hegeliano en el que el estado decide cada pequeño aspecto de tu vida humana y otro que utiliza los medios de dominación en el que el individuo se autoimpone castigos y recompensas.

Nietzsche, por otro lado, considera que la sociedad occidental tiene arraigada la idea de culpa y deuda. Esto, dice el pensador alemán, es una herencia del cristianismo. Ahora la idea se ha globalizado y ha generado un fenómeno muy particular del siglo XXI: una sociedad endeudada. Los orígenes del sentimiento de culpa activan mecanismos de represión e interiorización. Su origen está basado en la deuda que se paga con azotes, mutilaciones e imposiciones de exclavitud propia «Todos los instintos que no se desahogan hacia fuera se vuelven hacia dentro -esto es lo que yo llamo la interiorización del hombre: únicamente con esto se desarrolla en él lo que más tarde se denomina su “alma”. Decía Nietzsche. Bajo esta hipótesis de la moral occidental moderna, Foucault establece las bases para establecer la teoría de la biopolítica, en la que el cuerpo es el objetivo principal de los nuevos sistemas de poder. Controlar el cuerpo, es controlar la vida, y de la misma forma, la muerte.

el juego del calamar y el capitalismo

El juego del calamar y el capitalismo

Sin duda el tema que más salta en la serie es el capitalismo. La serie pareciera estar jugando con la idea de la igualdad y la meritocracia que tiene la sociedad actual. Una de las escenas clave para probar esto es cuando uno de los jugadores hace trampa por la molestia de haber perdido y es advertido por el líder que en ese lugar todos tienen las mismas oportunidad de conseguir el premio. Le dice que a diferencia del mundo real, la igualdad reina en el lugar.

Sin embargo, esto no pareciera ser del todo cierto. Los organizadores hacen pequeñas acciones que desatan consecuencias entre los jugadores. En un episodio les dan a entender que no existe una prohibición para que los jugadores se maten entre sí. Esto desata que las personas tengan que formar grupos para evitar ser asesinados en la noche, y se forme la desconfianza entre los miembros. También aparece el caso del médico participante que ayuda discretamente a los organizadores a extraer órganos humanos de los asesinados con el fin de venderlos en el mercado negro. A cambio recibe información anticipada sobre el tipo de juegos que se llevarán a cabo.

Otro ejemplo más está en una de las últimas competencias. Un participante, experto en vidrios, es capaz de identificar si un vidrio es templado u ordinario. Los organizadores, al notar su ventaja, deciden apagar las luces del lugar para que la persona no pueda usar sus conocimientos. También podemos notar que algunos participantes hacen uso de objetos no permitidos para lograr su cometido (cómo el mafioso que usa su encendedor para facilitar el corte de la galleta de azúcar). Estos eventos pueden verse directamente ligados a una crítica de la meritocracia moderna. A pesar de vivir en una sociedad más igualitaria, todavía existen muchos aspectos que prueban que para muchas personas no existe la posibilidad de escalar socialmente.

Por el otro lado, también hay una crítica a aquellos que se siguen por las reglas y escalan socialmente. El amigo del personaje principal, Sang Woo, el rico empresario que se metió en deudas por malversar el dinero de la empresa. Siendo el hijo orgullo de la familia, siente vergüenza en regresar a casa y decirle a su familia que es un fracasado. Para Sang Woo, los principios morales por los que se rige pueden ser modificados si la recompensa lo vale. Lo vemos claramente cuando traiciona a uno de sus amigos dentro del juego( Abdul Ali) para poder salvar su vida. Posteriormente lo vemos empujando a alguien hacia la muerte cuando su valía queda anulada por los organizadores. Sang Woo elimina por completo su humanidad al deshacerse de la penúltima contrincante e incluso a el mismo cuando se da cuenta que Seong Gi-hun (el personaje principal) aún conserva su humanidad y quien debe merecer el premio.

Otra crítica más al sistema económico se encuentra en la idea del intercambio. El juego del calamar nos propone de forma bruta una idea del sistema: debemos intercambiar toda nuestra energía y recursos, incluso nuestro propio cuerpo a fin de obtener lo necesario para subsistir. Dentro del concurso existen todo tipo de intercambios, la mujer que usa su sexualidad para conseguir protección del jefe mafioso, y la más importante, la emoción de un juego de niños que le da Seong Gi-hun al creador del juego antes de morir.

2 replies on “El Juego del Calamar, capitalismo y biopolítica”

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