El capitalismo (o libre mercado) ha corroborado la fórmula que lo ha mantenido en pie durante todos estos años, es sumamente maleable y transforma cualquier cosa en un valor. El intercambio de bienes tangibles como intangibles ha alcanzo un nivel de dinamismo impresionante. La gente está dispuesta a dar dinero por cualquier cosa que considere que tiene valor. Negocios como YouTube han robado una buena parte de la atención que antes monopolizaban las televisoras. Estamos presenciando una etapa económica en la que las empresas se pelearán por la atención de las personas. La atención empieza a ser un recurso valioso para este intercambio de valores. Que un individuo te lea, observe, hable o pise lo que tu vendes implica que algún momento será consumidor de tu producto. 

La pregunta con la que inicio este post es ¿Será la atención el recurso más valioso para los ofertadores de productos y servicios del mercado? y me gustaría especificar como esta atención ha logrado ir adquiriendo mayor valor conforme al paso del tiempo:

1. La enorme producción de contenidos escritos, visuales y auditivos

Hoy en día se producen miles de películas por año. De la misma forma hay escritores haciendo libros de ficción y no ficción para todo tipo de públicos. Un solo país puede llegar a producir más de cien películas al año que incluso el más entusiasta de los cinéfilos no alcanza a verlas todas. Lo mismo para libros, música, blogs, contenido en YouTube etc. 

La academia se enfrenta a una mayor fragmentación del conocimiento. Los politólogos, por ejemplo, apenas alcanzan a leer los textos básicos a su área y les da muy poco tiempo para leer lo de otras áreas. El caso se agrava aún más para las carreras de las ciencias naturales quienes apenas reciben información de humanidades, y en el peor de los casos, no les llega ninguna. Esto provoca que incluso exista una hiperespecialización de una persona en un tema muy específico de su profesión. 

2. Atender prioridades

En la actualidad, una buena parte de nuestras actividades cotidianas tienen que ver con el trabajo, el tiempo dedicado al ocio se ha incrementado. La industria del entretenimiento tiene ahí una ventaja ya que un mayor tiempo libre significa un mayo tiempo para consumir sus productos. El problema, es que la velocidad a la que se producen estos productos incrementa tanto la oferta que el consumidor tiene que dedicar mucho tiempo en decidir que es lo que va a consumir y cuando lo consumirá. Si la persona en cuestión también tiene hobbies y ocupaciones tendrá menos tiempo para consumir contenidos y tomará en cuenta la opinión de otros para decidirse a dedicarle un tiempo a observar la película, leer el libro, o entrar a la página. 

3. Cultura de la inmediatez

Muchos de los intelectuales de épocas pasadas tenían la enorme ventaja de no tener mucho en que distraerse. Motivo por el cual podía leer a los clásicos con mucho detenimiento. Claro, solo ciertas clases sociales gozaban de ese privilegio que ahora muchas personas, aunque sean de la misma clase no se pueden dar. Leer El Quijote de Cervantes con mucho detenimiento y paciencia es un lujo que muy pocas personas se pueden dar. Sobre todo si tienen la oportunidad de leer algo más corto y resumido. La sociedad actual sufre del síndrome de la inmediatez y desprecia todo aquello que tome tiempo aprender y descifrar. Al influir la información de forma más rápida, el consumidor reduce su tiempo de atención y busca que le explique de la forma más inmediata. Que un libro nos tome una hora completa de lectura sin interrupciones es casi una rareza.

4. Las redes sociales

Las redes sociales o «los nuevos medios de comunicación» como nombran los comunicólogos a páginas como Facebook, Twitter o Instagram.  Son nuestros contactos los que nos dicen que debemos observar, pensar, discutir y divertirnos con. Facebook puede ser consultado por un minuto o dos horas. En cualquiera de esos plazos de tiempo conseguiremos el objetivo de ser distraídos. Estas páginas no podrían sobrevivir si el usuario decide un día dejar de consultarlas. Por eso tiene que acudir a especialistas que logren generar las mejores estrategias para que no te despegues de su timeline y generes comunicación con otros usuarios. Todo está optimizado para que atención quede retenida por el mayor tiempo posible. 

Economia de la atencion

La economía de la atención

La atención se volverá un nuevo objeto de valor por el simple hecho que cada vez será más difícil conseguir. La oferta del entretenimiento tendrá que elaborar cada día ofertas más atractivas y llamativas para que te quedes con ellos. Esto implica una mayor inversión en publicidad, elementos llamativos como el sexo, la violencia o la controversia para se tenga enganchado a alguien. La atención será cada vez más difícil de conseguir y la intensa búsqueda a través del Big Data para saber en que momento es mejor buscar nuestra atención. Esa será la labor de las redes y los servicios de streaming en los próximos años. 

¿Quiénes serán aquellos que roben la atención de la mayoría de la población? 

En primer lugar, las personas dentro del medio del entretenimiento. Ya sea una cantante, un actor o un político (que también es una forma de entretenimiento) serán los primeros en acaparar la atención de las personas. Si un artista llora frente a millones de personas, si un político patea un perro o si una acción políticamente incorrecta es captada en video será motivo de discusión y atención. Estas personas tendrán la capacidad de hacer discutir a las personas un tema o,-como quieren las empresas- vender un producto. Dado que los bienes tangibles tienen una finitud respecto a cuanto y en que cantidades pueden venderse, serán las emociones las que sean el producto de cambio más inmediato. Byung-Chul Han discute sobre este aspecto en Psicopolítica:

Economia de la atencion

No el valor de uso, sino el valor emotivo o de culto es constitutivo de la economía del consumo. […] Es ahora cuando la emoción se convierte en medio de producción.. […]
La aceleración de la comunicación favorece su emocionalización, ya que la racionalidad es más lenta que la emocionalidad. La racionalidad es, en cierto modo, sin velocidad. De ahí que el impulso acelerador lleve a la dictadura de la emoción. […]
Las cosas no se pueden consumir infinitamente, las emociones, en cambio, sí. Las emociones se despliegan más allá del valor de uso. Así se abre un nuevo campo de consumo con carácter infinito.

La gente estará pagando por cualquier cosa que les genere una emoción de la cual necesiten. En Japón observamos este fenómeno en forma de restaurantes o bares en los cuales no vas a consumir la bebida o el platillo especial sino la atención de una bella chica que te dice palabras bonitas para que sientas que es cercana a ti. Es por eso que las historias en la pantalla han robado mucha más atención que los libros, demuestran de una forma más inmediata y clara una sensación fácil de entender en el que incluso el lenguaje pasa a un plano secundario. La globalización ha generado un lenguaje común en el que todos nos podemos sentir identificados. La verdad será sustituida por la emoción y habrá una gran cantidad de personas que no determinarán la validez de algo por criterios lógicos o razonables sino por las emociones que les producen. Esto explica en buena parte el por qué la gente de hoy en día defiende a los animales contra su maltrato o piden que erradique cualquier tipo de violencia. Les provocan emociones que no quieren tener. 

La guerra por la atención se estará acentuando cada vez más. Incluso los espacios que parecían ser más democráticos como las redes sociales. Estos han generado algoritmos en los que se prioriza un cierto tipo de publicación y la respuesta obtenida de ella. Serán las grandes empresas que inviertan una gran cantidad de dinero para captar la atención los triunfen. Aquellos que puedan generar emociones que los anime a consumir sus productos o simplemente ponerles atención. Esta guerra, al igual que otras, se tornará violenta. Los medios declararan una forma de pensar como un enemigo a vencer. La empatía que puedan generar sus ideas a vender serán las que determinen la cantidad de gente que les pondrá atención. El valor de una persona ya no estará determinada por sus conocimientos y su preparación sino por la atención que pueda captar de sus seguidores. Esta guerra por la atención ha generado que exista una lucha cultural que en términos simbólicos es sumamente violenta, fractura redes de contacto y el propio tejido social. 

En la sociedad expuesta, cada sujeto es su propio objeto de publicidad. Todo se mide en su valor de exposición. La sociedad expuesta es una sociedad pornográfica.            

Byun-Chul Han La Sociedad de la Transparencia

Esta guerra por la atención ha dejado una sociedad que en lugar de enfrentar y reconciliar sus diferencias se ha puesto a crear tribus ideológicas en las cuales pueda concordar y reafirmar más sus creencias e ideologías. Esta división debería terminar en conflictos violentos dentro de la viejas formas de protesta de la sociedad civil. Los jóvenes y aquellos que están fuera de la discusión serán los individuos más codiciados debido a su fácil capacidad de convencimiento. Es Estados Unidos, diversos de estos grupos se han infiltrado en los principales puestos de compañias como Google, Netflix y Twitter para poder censurar la opinión de sus contrarios a fin de captar más atención positiva a su agenda política.

Conclusiones

Su tiempo libre cada día irá adquiriendo más valor. No importa si no desempeña algún trabajo, posee propiedades o es parte de una minoría. Si posee tiempo libre, habrá otros que se peleen por disponer de el. El tiempo libre se volverá escaso y será un bien cada vez más apreciado. Las empresas no soportarán que no le pongan atención y lo irán a buscar de las formas más seductivas posibles. Black Mirror retrató esta economía de la atención en su capítulo Quince millones de méritos en el que los ciudadanos consumen constantemente contenidos al punto que hasta en su casa tienen pantallas que demandan verse 24/7. Incluso cerrar los ojos es un acto heroico, pues ha hecho que alguna industria no gane por no ponerle atención.

Más información:

https://thinkgrowth.org/look-over-here-8-strategies-to-survive-in-the-attention-economy-7a08a9ad39cd

https://www.researchgate.net/profile/Warren_Thorngate/publication/232590577_The_economy_of_attention_and_the_development_of_psychology/links/57e31ace08ae52ba52cb285f.pdf

https://en.wikipedia.org/wiki/Attention_economy

https://quod.lib.umich.edu/cgi/t/text/text-idx?cc=mqr;c=mqr;c=mqrarchive;idno=act2080.0036.206;g=mqrg;rgn=main;view=text;xc=1

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4 replies on “La Economía de la Atención”

  • abril 5, 2021 at 3:45 am

    Personalmente considero que esta es la faceta mas oscura de la economía de la información. En ella convergen simultáneamente los conflictos de privacidad, la precarización de la creatividad y el desarrollo de «drogas» intangibles enfocadas en explotar las debilidades del cerebro humano a un nivel no visto en otra etapa de la historia humana. Es mucho poder concentrado en un grupo muy reducido y poco diverso de persona que en muchos casos solo tiene intereses personales y eso no nos ha llevado a ningun progreso constructivo anteriormente.

    • tenamaxtli
      abril 5, 2021 at 2:55 pm

      Así es Héctor, la era actual no era lo que se esperaba en los inicios del internet. La crisis del 2008 volcó a los jóvenes a una obsesión por el emprendimiento a pesar de lo difícil que resulta triunfar. Por eso las generaciones más jóvenes están obsesionadas no con el internet sino con la proyección de la imagen propia mediante aplicaciones sociales. Ahí encuentran sus modelos a seguir y sus aspiraciones personales. La pandemia ha servido de catalizador para obtener más gente pegada al dispositivo. Pareciera como si una distopía estuviera formándose en la realidad. Un asunto triste en verdad.

      Gracias por tus comentarios.

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