Introducción
El presente ensayo tiene por objetivo presentar el desarrollo de una idea perteneciente a algunos de los textos que hemos revisado en el tiempo transcurrido del semestre. La idea que he escogido en esta ocasión es la del estoicismo en la práctica política de las sociedades antiguas y cómo esta se ve reflejada en los postulados teóricos de los intelectuales de la época. La pregunta a resolver es ¿Qué actitudes y disposiciones de los practicantes del estoicismo de la época antigua pueden ser vistas como virtudes para el ejercicio de la política?
Para resolver esta interrogante utilizaré como tronco principal de la argumentación el texto de La República de Cicerón y de ser posible, una comparación con textos de autores previos: Platón, Aristóteles y otros. También se integran complementariamente algunos textos de romanos de la época, a fin de encontrar puntos argumentativos que respondan a la pregunta del ensayo. Posteriormente se hará un ejercicio reflexivo sobre la política y la actitud estoica hoy en día.
El estoicismo: una filosofía popular en la época clásica
Una de las filosofías más populares de la Grecia y Roma clásica fue el estoicismo. Aunque los estudiosos del tema consideran que los principales creadores de esta corriente de pensamiento están desaparecidos (Brun 1997), se puede recuperar gran parte de sus ideas a través de los documentos que conservamos hoy en día. Los primeros autores a los que se les otorga la categoría de fundadores del estoicismo son atribuidos a Zenón de Citio y una serie de alumnos suyos que forman parte del primer periodo del antiguo estoicismo en Atenas en el siglo III a.c. Se integran también Cleanto y Crisipo(Brun 1997).
Posteriormente se reconocen a Diógenes el Babilonio, Antípater de Tarso, Panecio de Rodas y Posidonio de Apanea. Estos autores forman parte del estoicismo medio un siglo después para culminar en la etapa del estoicismo imperial en los que Séneca, Musonio Rufo, Epicteto y Marco Aurelio son sus máximos representantes(Brun 1997). El autor en el que pondremos énfasis es Marco Tulio Cicerón, filósofo y político que formó parte de la época imperial del estoicismo y cuyas ideas políticas están enlazadas esta filosofía.
El estoicismo se modifica constantemente desde sus primeros inicios hasta la llegada del cristianismo de la mano de Constantino en los primeros siglos del milenio pasado. Algunas de sus máximas cambian con el tiempo y otras se adaptan al pensamiento dominante cómo lo fue el cristianismo en los últimos años del imperio romano. La lógica, por ejemplo, fue parte del estoicismo en sus primeros inicios y siglos más tarde se centra más en la moral(Brun 1997). Cicerón afirma a través de sus textos que ciertos pensadores detractores del estoicismo consideraban la lógica del mismo como torpe e inútil(Brun 1997). Es posible que con el paso del tiempo, el estoicismo haya tenido cambios ideológicos como sucede con toda doctrina del pensamiento. Veamos cuales son los principales postulados del estoicismo.
El estoicismo se desarrolla entre el materialismo y el racionalismo ético. La postura filosófica se desarrolla en una lógica, una física y una moral(Brun 1997). Su teoría del conocimiento busca una armonía entre una experiencia interior y la experiencia que cada cual tiene del mundo exterior en el que vive(Brun 1997). Para vivir en armonía con la naturaleza es preciso avenirse con ella, esta armonía va acompañada de la naturaleza humana se vuelve un molde para juzgar instituciones sociales y leyes. Principios que se observan de manera implícita en Cicerón y cuyas ideas analizaremos más adelante.
Otro aspecto importante del estoicismo es su lógica sobre la visión del mundo. La corriente solo reconoce la existencia de individuos y no a los conceptos(Brun 1997).A diferencia de la proposición Aristotélica, la proposición estoica no realiza juicios de atribución y enuncia sólo acontecimientos(Brun 1997).
El estoicismo de la época romana también cuenta también con dos periodos y sus máximos exponente. Se reconoce a Cicerón como el mayor representante del periodo ecléctico y el nuevo estoicismo cuyo mayor exponente es Séneca. El nombre atribuido al estoicismo de Cicerón se debe a que su pensamiento es una conjugación de diversas corrientes del mismo. En Cicerón se encuentra el concepto de ataraxia que significa vivir sin turbación, la sabiduría –dicen- se encuentra en vivir sin sentirse afectado directamente por los acontecimientos del mundo.
Cicerón y su modelo de hacer y pensar política
De los textos revisados en clase, La República de Cicerón fue el que más me resultó atractivo. Una de las razones principales que incluso fue comentado en clase fue la afinidad que nos puede resultar el periodo histórico que le tocó vivir a Cicerón. Conflictos políticos que estaban poniendo en tela de juicio la forma de gobernar de la que aún se podía considerar República. Un incipiente triunvirato que estaba dejando un desequilibrio entre las fuerzas políticas que tenían el control de diversas clases sociales y que cómo sabemos culminó con la instauración de Julio César en el poder y del cual Cicerón tomó un distanciamiento importante. Parte de estos acontecimientos son motivo de reflexión del autor y en el que su estoicismo se puso a prueba y que aquí busco deshilvanar.
Comencemos primero por la postura del estoicismo en contraposición con el aristotelismo, como bien menciona Jean Brun en su libro Estoicismo:
“Aristotelismo y estoicismo son ciertamente dos especies de empirismo, pero estos dos especies de empirismo, pero estos dos empirismos se apoyan en visiones del mundo totalmente distintas. Aristóteles tiene una concepción del mundo más bien estática y claramente jerarquizada. Estática, porque el movimiento no es para él más que la traducción de una carencia, puesto que sólo consiste en el paso de la potencia al acto; jerarquizada, porque cada individuo se define por un conjunto de atributos y “no hay cambio de un género a otro”, en virtud del principio de identidad. Cada individuo, como los objetos dentro de una casa, posee un lugar en el mundo para el cual ha sido hecho y su virtud estriba en el hábito que le confiere un equilibrio en el seno de la jerarquía a la cual se integra…”(Brun 1997)
En el empirismo estoico se opta por una conciliación entre hombre y mundo. Esta conciliación no puede darse sin una penetración completa de la contemplación y la acción, es decir, entre la práctica y la teoría. Actitud que puede verse en el Libro Primero del libro de La República de Cicerón:
“En verdad, todo el discurso de estos filósofos, aunque contenga manantiales riquísimos de virtud y de ciencia, me temo, sin embargo, que, habida cuenta de sus actos y de las obras que ellos hicieron, resulte no haber aportado tanta utilidad a los negocios humanos cuanto deleite a los ocios…”(Cicerón 2010)
Para Cicerón la política debe tener un sentido ambivalente, es decir, debe pensarse y actuarse a fin de no quedarse en la zona de especulaciones ociosas. Actitud que el mismo practicó en la agitada vida política de Roma de la que fue parte. Esta forma de pensar fue quizás inspiración para el emperador Marco Aurelio quien también se identificó con esta forma de hacer y pensar la política. Para Cicerón y el estoicismo, el mundo estaba en constante movimiento y su adaptación al mismo era parte de las virtudes políticas. Este movimiento a su vez aseguraba que la buena política tuviera un sustento empírico del cuál careció Platón en su texto homólogo.
Si buscamos otras correlaciones entre la vida de Cicerón, su pensamiento estoico y su obra de La República, podemos entender por qué tomó ciertas actitudes ante acontecimientos de los cuales respondió en sincronía con lo pensaba. El pensador político romano recibió el título de pater patriae cuando evitó una conspiración que pretendía terminar en golpe de Estado que buscaría el fin de la república romana. Cicerón fue uno de los principales denunciantes de los conspiradores y sus discursos contra Catilina fueron uno de los esfuerzos del orador por salvar el equilibrio político. Considero estás acciones de Cicerón como más dinámicas y efectivas que los pensamientos de otros intelectuales políticos que nunca pusieron a prueba sus postulados.
En Libro Segundo existe una postura muy interesante de Cicerón que fundamenta lo dicho anteriormente. En esta parte, el autor elogia a los primeros reyes originarios de Roma y considera que un posible renacimiento de ellos pondría fin a la maltratada democracia que reinaba en su época:
“Se producirá entonces la vuelta del ciclo, cuyo movimiento de rotación natural podéis aprender a reconocer desde el primer momento. El fundamento de la prudencia política, a la que se refiere todo nuestro discurso, está en ver los rumbos y cambios de las repúblicas, de modo que, al saber hacia dónde se inclina cada una, podáis contenerla o poner antes remedio…”(Brun 1997)
El pensamiento dinámico de Cicerón procede de su pensamiento estoico y que quizás otros romanos usaron también en anteriores momentos críticos de la historia. El primer caso que me viene a la mente es la invasión de Aníbal a la península itálica. Después de severos golpes a la incipiente Roma de la época, el senado decide nombrar a dos cónsules para evitar la completa destrucción de Roma de manos de los cartaginenses. En momentos cruciales no sé podía permanecer estático ante el orden gubernamental. La solución consistió en establecer una dictadura o monarquía temporal para solucionar un problema que ponía en peligro la misma existencia del Estado.
Aristóteles considera que no existen formas ideales de gobierno y aunque Cicerón no estaría completamente de acuerdo con esta afirmación, si diría que los políticos más virtuosos son aquellos que pueden prolongar el equilibrio de poderes entre las diferentes facciones que se lo disputan. Quizás por eso optó por oponerse a César cuando este buscó imponerse sobre Pompeyo, quien resultó perdedor al final de su disputa. La intención de Pompeyo al oponerse a César era evitar la tiranía y la consecuente llegada del gobierno imperial. En términos de los principios estoicos, Cicerón consideró a Pompeyo como el modelo de un político más cercano a lo que él plantea como político ideal en el Libro IV y V(Cicerón 2010).
Al final de su vida, Cicerón no pudo resultar triunfante de las disputas políticas y terminó siendo ejecutado por una de las facciones que lo vio como un peligro. Hasta ese momento, Cicerón permaneció apegado a su pensamiento estoico y al momento de su muerte solicitó que se hiciera de la forma más adecuada.
El estoicismo como pensamiento político
Si trasladamos la ética estoica al plano de lo político daremos con que uno de los principales objetivos del quehacer político es lograr el bienestar y la felicidad de sus habitantes. Si el pensamiento estoico hubiera sido parte de la mayoría de la población en Roma quizás hubiera habido menos tiranía de la que se desató en la época del Imperio Romano. En la época clásica se desarrollaron muchas formas de gobierno y los intelectuales del periodo tuvieron oportunidad de razonar acerca de los resultados.
Dos de los pensadores que revisamos en clase de la Grecia Antigua estuvieron a favor de una separación del reflexionar político y el quehacer político. Está idea tiene mayor sentido en nuestro tiempo en el que hacer ciencia política es muy distinto a la actividad política. En el caso de la Roma Antigua, la expansión territorial los obligó a ocupar más tiempo en la administración de nuevas colonias y una mejor administración de los recursos y las formas de gobierno locales. En el tiempo de Cicerón, los principales problemas de la República venían del interior. Este pensador y político romano se dio a la tarea de revisar a sus antecesores para contrastarlos con la realidad vivida. Bastaron alrededor de 20 años tras la muerte de Cicerón para que el gobierno romano borrara la idea de república y se convirtiera en imperio.
Justamente por esto decidí escribir sobre Cicerón. Su pensamiento está ligado a su experiencia y es una lástima que falten tantos pedazos de su escrito sobre la república pues su perspectiva habría brindado una mejor comprensión de la política antigua y sobre la misma naturaleza humana. Justo tras el asesinato de César, Cicerón buscó convencer a Bruto y otros conspiradores a que se regresara a los viejos preceptos de la república romana (Polo, 2005) y lamentablemente no tuvo éxito.
Existen dos aspectos que considero importantes rescatar en Cicerón y el estoicismo. La primera tiene que ver con el cosmopolitismo. La idea de que todos somos ciudadanos del mundo “Todos los hombres son conciudadanos en la república de Zeus, y deben vivir unidos bajo una ley común como un mismo rebaño guiado por un solo pastor”(Brun 1997)idea que en la modernidad se puede retomar bajo el contexto geopolítico que vivimos. Cicerón trató de compatibilizar esta idea en su época dándole pertenencia a los nuevos territorios conquistados mediante la ley romana.
El cosmopolitismo puede ser usado también como una actitud política de conciliación. La idea de reconocer al otro como un ciudadano del mundo que tiene los mismos derechos y obligaciones que los demás equilibra la balanza en el quehacer político. Claro, existen otras variables a considerar respecto a esta idea tales como el respeto de los migrantes a las costumbres locales y la observancia de las leyes locales. Si el sentido de pertenencia en un entorno global estuviera presente en la mayoría de las personas, las fricciones entre países serían menores.
Por otro lado, un aspecto negativo en Cicerón y que probablemente tomó de su postura estoica es su conservadurismo respecto a lo que debía ser el Estado. Su pensamiento político se caracterizaba por un dogmatismo maniqueo que partía de su identificación con la República (Polo, 2005). Así como se ve a lo largo de su existencia a un Cicerón dubitativo e inseguro en aspectos concretos tanto de su vida privada como pública, no hubo en él dudas en lo esencial de su pensamiento político (Polo, 2005).
Con la caída de Pompeyo, el famoso orador romano tuvo que aceptar los cambios en las condiciones políticas de Roma y buscar nuevas formas de restaurar el orden establecido. Aunque en su libro La República (Res Publica) argumenta a favor de un líder monarca con la condición de que tuviera ciertas aptitudes propias de un puesto político de esa naturaleza. Varios biógrafos del pensador romano consideran la posibilidad de que Cicerón mismo estuviera pensando en el modelo ideal de gobernante monarca debido a la gran egolatría del orador.
Aunque esto es posible, la idea del monarca prudente y sabio suena más al filósofo-rey de Platón. En diversos textos de Cicerón evita el uso de la palabra “rey” y los sustituye por otros similares. Esto debido a que la palabra “rey” en ese entonces era sinónimo de tirano (Polo, 2005). En términos estoicos, el sabio era aquél individuo que no tenía pasiones, no tiene orgullo y está exento de pasiones(Brun 1997). El sabio podía gobernar debido a que podía gobernarse a sí mismo.
Es posible que otros estoicos compartieran este pensamiento reflejado en el texto de Cicerón, sobre todo por el énfasis en los asuntos morales que tuvo el estoicismo en su periodo más tardío. El problema era encontrar a estos tipos ideales de gobernantes, ya que la última incursión de Cicerón a la política, no los veía por ninguna parte.
Otro aspecto importante del estoicismo en la política es la capacidad para enfrentar los desafíos en época de mucha agitación. Una actitud vista en la mayoría de las ocasiones en Cicerón. Su juicio contra Catilina es probablemente el mejor ejemplo ya que se volvió una lucha frontal frente a un rival que acusó a Roma de volverse una plutocracia.
Marco Aurelio también desarrolló la actitud estoica en vida y obra. Ya en una época imperialista, Roma sufrió diversos enemigos en frentes internos y externos. La actitud del emperador romano puede constatarse en sus obras:
“La vida es una guerra y un exilio, la fama póstuma es olvido. Entonces, ¿qué es lo que puede escoltarnos? Sólo una cosa, la filosofía. Esto es vigilar que el espíritu divino interior esté sin vejación, sin daño, más fuerte que los placeres y los sufrimientos, que no haga nada al azar ni con mentira o fingimiento, que no tenga necesidad de que otro haga o deje de hacer algo. Y además que acepte lo que ocurre y lo que se le ha asignado como algo que viene de allí de donde él vino. Por encima de todo, aguardar la muerte con el pensamiento favorable de que no es otra cosa sino disgregación de los elementos de los que está compuesto cada ser vivo”. (Aurelio, 2013)
El individuo y su actitud ante los desafíos que se enfrentan en el ejercicio tienen más peso que el orden político en el que se esté actuando. Marco Aurelio fue conocido en la historia como uno de los mejores emperadores que tuvo Roma. En la cita anterior podríamos decir que estamos ante una conjugación de la idea del rey-filósofo de Platón, el pragmatismo político de Cicerón y una filosofía estoica consolidada. La prueba de que el individuo pesa más que orden político en el que se mueva.
Reflexiones finales
Estuvimos reflexionando sobre un periodo de la historia en la que convergieron grandes ideas políticas de la antigüedad y su puesta en práctica en la ciudad de Roma. Nuestro testigo Cicerón nos ayudó a comprender un periodo de crisis y la opinión de un actor participante de estos conflictos. A diferencia de Aristóteles, quién tuvo una herencia más teórica y analítica de lo que fue la política en la Grecia y Roma clásica, Cicerón nos muestra una serie de pistas y pruebas de primera mano de lo que era el ejercer y pensar la política.
Observamos la influencia de una corriente teórica importante de época como lo fue el estoicismo y como este fue practicado y observado por “padre de la patria” romana. Considero como virtudes políticas el entender al buen gobernante como aquél capaz de observarse a sí mismo como alguien que no es nublado por el orgullo para ejercer el poder, a la vez que conserva la templanza necesaria para resistir ante los problemas que surgen y a la vez es sabio para hacer consideraciones apropiadas acerca de lo que es y no es bueno hacer. Faltaría adentrarnos en otros textos de épocas posteriores para afirmar estas conclusiones o volverlas a poner en duda. Veremos…
Más dentro del blog
La Diosa Fortuna y la lotería de la vida (4)
La actualidad de Fight Club en el mundo
Mis pueblos antiguos favoritos
Trabajos citados
Aurelio, M., 2013. Meditaciones. Primera ed. España: s.n.
Brun, Jean. 1997. El Estoicismo. Primera Ed. Toluca: Universidad Autónoma del Estado de México.
Cicerón, Marco Tulio. 2010. De República. UNAM. ed. Coordinación de Humanidades. México: UNAM.
Polo, F. P., 2005. Marco Tulio Cicerón. Primera ed. España: Ariel.
¿Quieres ser patrocinador del blog? Puedes hacerlo mediante Patreon:
https://www.patreon.com/rebelionantigua
3 replies on “Estoicismo y Política en la República de Cicerón.”
[…] Estoicismo y Política en la República de Cicerón […]
[…] ESTOICISMO Y POLÍTICA EN LA REPÚBLICA DE CICERÓN […]
[…] Estoicismo y Política en la República de Cicerón […]