El gran estratega Carl von Clausewitz nació en 1780 en Prusia, territorio que posteriormente se convertiría en lo que hoy es Alemania.  De padre militar, Clausewitz entró al ejército a los 12 años y participó en su primer combate a los 13, iniciando así su gran carrera.  Escribió uno de los tratados de milicia y estrategia más interesantes y relevantes de la historia.  En De la guerra, Clausewitz expone su pragmática definición sobre la guerra: “La guerra es la continuación de la política por otros medios. [Sin embargo,] la guerra no es simplemente un acto político, sino un verdadero instrumento político, una continuación de las relaciones políticas, una gestión de las mismas con otros medios.”  Su análisis sobre el tema es tan vigente que muchas universidades y academias militares en la actualidad incluyen este texto en sus temarios. 

Clausewitz se inspiró en las tácticas y la organización del ejército francés posrevolucionario; las reformas implementadas por Napoleón Bonaparte lo hicieron ver la necesidad de reformar a Prusia para que ésta pudiera convertirse en un Estado moderno.  Su admiración por las ideas de la Revolución Francesa le generaron enemigos, sin embargo, su inteligencia y gran capacidad como estratega le permitieron crecer rápidamente en el ejército.  La Prusia en la que nació Clausewitz funcionaba bajo el antiguo régimen político basado en tradiciones e ideologías conservadoras, sin embargo, él estaba consciente de que la era napoleónica exigía una nueva forma de pensar sobre la guerra.  Su pasión por la reforma militar lo llevó a crear una agenda controversial, influenciada por ideas de la Ilustración y corrientes de pensamiento como el Racionalismo, pero él se mantuvo firme en la idea de que solo una verdadera reforma en Prusia podría llevar a su país a ser una gran potencia en el futuro.

En De la guerra, Clausewitz detalla todos los aspectos sobre la guerra que deben ser considerados, desde su planeación hasta su culminación.  Uno de los puntos que considera de gran importancia es el conocimiento de la historia ya que, a raíz de analizar las guerras y estrategias del pasado, se puede evaluar qué curso de acción resultará más ventajoso en el presente.  El estudio del pasado sirve como una guía para el futuro y, en combinación con el pensamiento crítico, la teoría proporciona herramientas analíticas muy útiles para resolver los problemas complejos que se presenten.

Clausewitz hace un contraste entre lo que él llama la guerra absoluta y la guerra real.  La guerra absoluta es el concepto de guerra pura en donde no hay un límite de objetivos, esfuerzos o destrucción.  Pero la realidad es muy distinta, en una guerra real nunca se alcanza esa forma absoluta porque el objetivo es político y el combate se lleva a cabo por seres humanos con fallas y debilidades.

Uno de los conceptos más interesantes de Clausewitz es el de la trinidad“La guerra en relación a sus tendencias dominantes constituye una maravillosa trinidad, compuesta del poder primordial de sus elementos, del odio y la enemistad que pueden mirarse como un ciego impulso de la naturaleza; de la caprichosa influencia de la probabilidad y del azar, que la convierten en una libre actividad del alma; y de la subordinada naturaleza de un instrumento político, por la que recae puramente en el campo del raciocinio.”  Esta idea propone que toda guerra se caracteriza por tres tendencias dominantes: la pasión o fuerza natural ciega, el espíritu creativo o genialidad que lucha contra el azar, y la razón a la cual se debe subordinar la guerra.  Si bien cualquier guerra debe servir siempre un objetivo político racional, los elementos de esta trinidad paradójica siempre están presentes y el trabajo de un general es intentar subordinar todo a la razón.  Para entender una guerra se debe descubrir cómo los tres elementos de un Estado van a interactuar con los tres del otro; cómo el pueblo, el ejército y el gobierno de un lado se enfrentarán al pueblo, ejército y gobierno del oponente.  Se debe examinar el objetivo político propio pero también el del enemigo; conocer la fuerza, el carácter y las habilidades de los dos lados ya que la naturaleza de una guerra se determina por las características únicas de los oponentes.  El contexto internacional también debe ser estudiado ya que puede ser un factor de gran influencia en el desarrollo del evento.

Una vez que todo esto ha sido analizado se puede diseñar la estrategia perfecta.  “La estrategia es el uso del encuentro para alcanzar el objetivo de la guerra.  Por lo tanto, debe imprimir un propósito a toda la acción militar. […] La estrategia traza el plan de la guerra y, para el propósito aludido, añade la serie de actos que conducirán a ese propósito.”  Ésta debe basarse en atacar los centros de gravedad del enemigo, los puntos de mayor impacto en relación al objetivo político.  Conocer el centro de gravedad del oponente es clave para saber dónde atacar para tener el mayor impacto.  Otro aspecto de gran importancia para el éxito de la estrategia es actuar con la mayor concentración y rapidez; un golpe veloz y decisivo contra el centro de gravedad del oponente permitirá la victoria.  Sin embargo, siempre se debe estar preparado para lo inesperado y evitar que el conflicto se salga de control.  Para esto, Clausewitz insiste en no rebasar el punto límite de la victoria ya que hacerlo lleva a la derrota.  “En la estrategia todo resulta muy simple, pero no por ello muy fácil. Una vez que, por las relaciones de Estado, se determina lo que la guerra podrá y tendrá que ser, entonces el camino para alcanzar esto será fácilmente encontrado; pero seguirlo en línea recta, llevar a cabo el plan sin verse obligado a desviarse mil veces por mil influencias variables, requiere, además de fuerza de carácter, una gran claridad y firmeza mental.” 

Clausewitz explica que la estrategia debe ser creada en conjunto por los líderes políticos y militares, sin embargo, recalca que la política es el punto principal y debe fungir como la inteligencia guía mientras que la fuerza militar es simplemente el instrumento para lograr el objetivo.  El punto de vista militar debe quedar siempre subordinado al político.  Lo fundamental es lograr la anulación del enemigo, mas no su destrucción total, “las Fuerzas Militares deben ser anuladas, esto es puestas en tal estado que no puedan continuar la lucha.”  Una vez que el esfuerzo invertido exceda el valor del objeto político, éste debe ser abandonado y se debe buscar la paz. 

A pesar de que Carl von Clausewitz murió hace dos siglos, sigue siendo una influencia muy importante en la teoría militar al ser uno de los personajes más citados por sus ideas controversiales y modernas sobre la guerra y estrategia.

Para saber más:

De la guerra / Karl von Clausewitz ; 2013 (libro)

Documental sobre Clausewitz

Los mandamientos sobre la guerra según Clausewitz

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *