Continuando con los posts de estrategia y guerra nos centraremos en uno de los más grandes estrategas de la historia: Alejandro Magno. Hemos dividido en varias partes sus batallas, ya que merecen su atención particular. En esta ocasión la Batalla del Gránico.

Alejandro Magno (20 ó 21 de julio de 356 a. C. – Babilonia, 10 ó 13 de junio, de 323 a. C.) fue quizás el estratega más grande de todos los tiempos, educado por un filósofo, nacido para ser rey, con una madre (Olimpia de Epiro) despiadada y un padre (Filipo II rey de Macedonia) que lo motivó y enseñó en el arte militar, y una vida que lo transformó prácticamente en un dios.

El joven Alejandro, el maestro Aristóteles y otras anécdotas.

La persona más influyente en la educación de Alejandro Magno en su adolescencia fue seguramente Aristóteles, quién le enseñó todo sobre política, historia, geografía, zoología y medicina. Recordaría lo aprendido más adelante y en cada campaña militar llevaba con él científicos y enviaba plantas y animales exóticos jamás vistos en sus tierras de origen.

 A los 16 años fue nombrado Regente por su padre y ante una insurrección armada decidió participar en la batalla, a pesar que Aristóteles le aconsejó de esperar, a lo que él respondió: “Si espero perderé la audacia de la juventud”.

Entre las anécdotas más recordadas está la de su querido caballo Bucéfalo, quién su padre había comprado pero nadie lograba domar, un día Alejandro se dio cuenta que el caballo se asustaba de su propia sombra, entonces lo montó y lo dirigió hacia el sol, desde entonces fueron compañeros inseparables. Su padre entonces le dijo: “Búscate otro reino, hijo, pues Macedonia no es lo suficiente grande para ti”, así Alejandro emprendió el viaje a la conquista de Persia.

El ascenso al poder: Alejandro se vuelve rey.

En el 336 a.C. Filipo es asesinado, fruto de una conspiración que algunos atribuyen a Olimpia, la madre de Alejandro. Así, a los 23 años de edad Alejandro se encontró con una Macedonia muy distinta de cuando nació, que pasó de ser un pequeño reino pobre y asediado por los griegos a un Estado consolidado parte de la Liga de Corinto y que prácticamente dominaba toda Grecia gracias a su poderío militar. Exactamente como le había dicho su padre, Alejandro entendió que era la hora de iniciar la conquista del Imperio Persa.

La Batalla del Gránico, el poder de decisión

Esta fue la primera gran batalla de Alejandro, reunió todo su ejército y empezó su camino hacia Dascilio en el 334 a.C. donde encontraría los sátrapas o gobernadores que había reunido un ejército pobre. Aquí nace el primer problema, había muchos generales para una sola batalla. El líder más importante era Memnón de Rodas, quien presenta una solución al ataque de Alejandro: quemar todos los cultivos de trigo y retirarse dejando a Alejandro una mísera tierra estéril. Así el ejército macedonio se encontraría sin alimentos y tendría que retirarse antes de continuar la avanzada. Pero el resto de los generales no escuchó a Memnón, no les gustaba la idea de abandonar los cultivos, quemar los almacenes y mudar a toda su población.

Mientras tanto los generales Macedonios más experimentados aconsejaron a Alejandro dormir a la vera del río y atacar al amanecer (como era la costumbre), pero Alejandro decidió atacar inmediatamente y así motivar a sus tropas e intimidar al enemigo. Esta estrategia representaba una gran ventaja: minimizar el tiempo de batalla y los recursos, y hacerse con las provisiones necesarias para seguir su campaña militar.

La astucia de Alejandro y las formaciones militares Macedonias.

La decisión de Alejandro de atacar velozmente resulta victoriosa, porque cuando los persas se dan cuenta que los macedonios están atravesando el río Gránico ya es demasiado tarde. El método más usado por Alejandro era el de sus unidades de falangistas, una formación militar creada por su padre Filipo II y usada ampliamente en la conquista del imperio persa, se componía generalmente de 16 por 16 soldados posicionados lo más cerca posible uno del otro, llevaban escudos y sarissas, eran unas lanzas largas de unos 6 metros con puntas de bronce. Las filas del fondo debían mantener las sarissas en vertical, mientras las del medio debían inclinarlas a 45°, las primeras filas debían sostener las sarissas de manera totalmente horizontal.

Alejandro dispuso a ambos lados de los falangistas dos formaciones a caballo: a la izquierda los Tesalias y a la derecha la Caballería de Compañeros. Los Tesalias usaban lanzas cortas y eran muy rápidos, mientras la Caballería de Compañeros generalmente protegía la vida de Alejandro pero igualmente participaba activamente de la batalla.

Entonces se pone en acción la máquina militar de Alejandro, los falangistas aprisionaban al enemigo contra sus líneas y lo hacían retroceder, mientras las unidades a caballo atacaban a ambos lados hasta eliminar por completo al adversario. A pesar de ser una batalla rápida, Alejandro estuvo a punto de morir, ya que se enfrentó a dos líderes persas en una lucha cuerpo a cuerpo, y salió victorioso. Pero al final el resultado de la batalla fue una clara victoria para los macedonios.

Resultado y consecuencias de la Batalla del Gránico.

Esta batalla fue el preámbulo de la impresionante campaña militar que presidiría Alejandro y lo haría conquistar tierras tan lejanas que poca gente había oído hablar de ellas. Demostró a los persas que debían tenerlo en consideración para el futuro, y gracias a esta batalla liberó las ciudades griegas de Jonia y Asia Menor (hoy Turquía). Se aseguró un botín fundamental para el futuro, ya que Asia Menor era un punto estratégico para proveer de suministros a las campañas militares del lejano Este.

Se pueden aprender muchas cosas de esta batalla. Del lado Persa, es clara la dificultad en la toma de decisión cuando existen demasiados puntos de vista diferentes. En la batalla del Gránico habían demasiados generales de la misma forma que ante un grupo de trabajo, un proyecto, grupo de amigos o cualquier situación de la vida cotidiana, una sola persona debe ser la que tome la decisión y se asuma la responsabilidad. Si bien los consejeros y el debate es imprescindible para analizar todos los posibles resultados, es siempre positivo nombrar un único líder como lo era Alejandro.

Por el lado de los macedonios, el valor de las decisiones rápidas es muy importante, pero sobre todo de la estrategia, cuando estamos ante situación difíciles de la vida hay que pensar rápido y bien lo que se tiene que hacer. Es posible que escuchemos muchas voces en contra, pero como Alejandro hizo, si nuestra decisión tiene los fundamentos necesarios será la carta ganadora.

No olvidemos la precaución, Alejandro arriesgó su vida en esta batalla más que en cualquier otra, y aunque gracias a su juventud no se dio cuenta de ello en ese momento, el valor de la experiencia es importante, hay que escuchar siempre a quién ha pasado más veces por situaciones que para nosotros son toda una novedad.

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