Una vez consumada la independencia de los criollos, aquella que por los intereses de esta casta lucharon personajes como Hidalgo, Morelos o Guerrero, sucedió lo inevitable. Durante el virreinato, los criollos eran acusados de abusar y de despojar a los pueblos nativos. La corona intentaba la mayoría de las veces sin éxito, detener estas tropelías. 

Hubo múltiples rebeliones por los excesos de los criollos en la Nueva España, Yucatán, Nuevo León, Nueva Galicia por nombrar a algunas provincias. Regularmente llegaba el ejército de la corona a sofocar las rebeliones. Este ejército no se componía en su grueso de españoles, sino por nativos.

Un ejemplo de ello fue la rebelión de los acaxee liderados por un guerrero de nombre Perico en 1601:

Los Acaxee tomaron posiciones fuertes en las montañas y cerraron la mayoría de la minería de plata y otras actividades económicas en su tierra natal durante casi dos años. En 1603, los españoles reunieron un ejército de encomenderos y aliados nativos y reprimieron a los Acaxee, ejecutando a Perico y 48 de sus líderes y vendiendo a otros a la esclavitud.

La misma suerte de exterminio la tuvieron sus vecinos los xixime que desaparecieron como etnia después de su rebelión.

A la guerra llegaban tlaxcaltecas, huexotzinca y mexicanos y componían el ejército que defendía los intereses de la corona. Así los pueblos aliados consolidaron el virreinato y los criollos se beneficiaban con ello.

Los abusos contra los nativos fueron evidentes desde inicios del virreinato y fray Julián Garcés intercedió ante el papa Paulo III en 1537 para denunciar los excesos de los clérigos contra la población indígena. El resultado fue la bula Sublimis Deus que marcó el precedente de los derechos humanos de las etnias, por primera vez en la historia este tema tomó relevancia.

En consecuencia, en 1541 la corona publicó las Nuevas Leyes que protegían a la población nativa de las Américas y se les exceptuó en calidad de población ingenua, de ser juzgada y condenada por la Inquisición. De esta manera frenaron los abusos de los clérigos que habían ejecutado al menos a 190 personas entre ellas a muchos principales nativos.

Un ejemplo de ello fueron los procesos a varios señores tlaxcaltecas que no aceptaron la imposición de la fe católica. Los frailes inventaron o provocaron hechos de tal manera que los procesaron por diversos delitos y los ahorcaron o quemaron por gracia de la Inquisición.

De esta forma los clérigos presionaban a la población en general a aceptar el catolicismo so pena de matarlos. La población común, sabedora de lo que realmente pasaba, fabricación de hechos para tener presuntos culpables, se convertía por lo menos en apariencia.

Sin embargo esta práctica judicial y punitiva no duraría mucho.

Los pueblos nativos contaron a partir de 1542 con una corte especial y era la Real Audiencia de Indias.

La educación: un ejemplo del porqué de las rebeliones

En el siglo XVI el virreinato de la Nueva España procuró atender y educar a las comunidades indígenas en sus idiomas por lo menos en el centro. Por la influencia de personalidades como Bernardino de Sahagún se hicieron centros educativos como el Colegio de Tlaltelolco o bien el de Tetzcoco. Fue el tiempo en que se elaboraron varias gramáticas de lenguas indígenas y tratados de historia que buscaban subsanar la gran quema de códices que personajes como Zumárraga hicieron en Tetzcoco o en Tlaxcala

El Colegio de Tlaltelolco produjo el Códice Florentino, una verdadera enciclopedia de los conocimientos indígenas hecha por los mismos nativos educados en ese colegio, supervisados por Sahagún.

Sin embargo al morir Sahagún, el Colegio de Tlaltelolco entró en decadencia y en el siglo XVII empezó la era oscura del virreinato en materia de educación: los clérigos de nueva generación no estuvieron interesados en educar a los nativos y solo les impartían el catecismo y los regresaban a sus casas. Sentían que educar a los naturales era una pérdida de tiempo. Esto fue el siglo XVII.

Podemos afirmar que en el virreinato si bien la corona era la principal responsable de la destrucción cultural de los pueblos nativos, actuaba como un contrapeso a los abusos de los criollos contra las diferentes etnias bajo el amparo de las autoridades corruptas virreinales.

Para 1790 los gobernadores de Tlaltelolco, San Juan Tenochtitlan y de Tlaxcala redactan un extrañamiento dirigido al virrey y le reclaman el derecho a la educación profesional, algo que desde el tiempo del Colegio de Tlaltelolco, se había abandonado.

No obstante el siglo XVIII la situación cambió un poco porque se consolidaron en el 20 por ciento de las cuatro mil poblaciones nativas censadas, las llamadas escuelas para indios. Estas escuelas que en el siglo XVI eran atendidas por frailes, en el siglo XVIII fueron atendidas por personajes laicos.

En un principio la orden de la corona era extinguir las lenguas nativas para que solo se hablara el castellano (lo que concretó el estado mexicano en el siglo XX) pero en 1782 la corona cambiaría de opinión y buscó solo promover el castellano y no extinguir las lenguas nativas.

Como los nativos sostenían a través de una caja popular el pago de los maestros de estas escuelas, cuando la corona cambió su postura respecto a las lenguas indígenas, la matrícula se incrementó y para 1810 el 10 por ciento de los chicos nativos educados en estas escuelas, sabía leer y escribir.

Si bien en el siglo XVII solo les enseñaban la doctrina cristiana, eso cambió en el siglo XVIII pues se les enseñaba aritmética, canto, escritura y lectura de manera bilingüe. Regularmente estas escuelas estaban en los curatos y había dos clases de escuelas: escuelas para indios y escuelas para indias. Esta forma se conservaría aún en la segunda mitad del siglo XX

Esto se eclipsó en sobremanera en el siglo XIX pues el naciente estado mexicano prohibió la educación a los nativos. La población natural perdía sus derechos humanos con el nuevo gobierno federal.

La caída de Fernando VII como rey de España y la imposición de José Bonparte por parte del ejército de Napoleón Bonaparte fue el detonante para la guerra de independencia en México: los criollos se negaron a obedecer al nuevo rey Bonaparte y declararon su lealtad a Fernando VII. Hidalgo comandó esa lucha de independencia hacia Napoleón y de ello trató su famoso grito de Dolores.

Para 1810 varias fracciones liberales en la España peninsular, inspiradas por los ideales de la revolución francesa, buscaron a través de las llamadas cortes, instituir una nueva constitución denominada “Constitución de Cádiz”. Con el juramento de obediencia de todas las provincias españolas de Europa, África y América esta constitución se promulgó en 1812.

Por influencia de Ramos Arizpe, la Constitución de Cádiz incluyó el derecho a la educación para todos los ciudadanos españoles, una que no solo atendiera educación elemental sino universitaria. Eran ciudadanos españoles todos los nacidos en los territorios españoles. 

En lo político Napoleón veía con buenos ojos, restituir los linajes gobernantes de las provincias españolas en América.

En 1812 los criollos comandados por Morelos se rebelaron contra la constitución de Cádiz y el gobierno de Napoleón, esta revuelta fue sofocada por el ejército de la corona.

En 1814 Fernando VII regresa al poder y quita a la constitución de Cádiz, la rebelión de los criollos en la Nueva España se apaga porque en realidad ya no sienten que sus privilegios estén en peligro. Pero en 1820 ésta vuelve a tener soberanía en los territorios españoles y con ella, las ideas liberales y los criollos intensifican la revuelta de 1810 ahora al mando de Vicente Guerrero.

Finalmente con la alianza de Guerrero e Iturbide concluye la guerra de independencia de los criollos y el fin de la soberanía de la Constitución de Cádiz y las ideas liberales en la todavía Nueva España. Es el momento del gobierno de los criollos que no lograron durante décadas, conciliar qué tipo de gobierno querían: un criollo como rey o bien, una república donde los criollos gobernaran a través de los poderes de la unión.

Para acceder a los puestos de gobierno era necesario que se supiese leer y escribir y solo los criollos tenían derecho a ello en los hechos. En lo legal desaparecieron el sistema de castas solo para desaparecer las instituciones como la Real Audiencia de Indias que daban un trato preferencial a los naturales. Con estas medidas los criollos se aseguraban de tener el poder absoluto y de jamás compartirlo con el gran grueso de la población: los nativos que para 1821 constituían la gran mayoría de la población de lo que había sido la Nueva España.

La independencia solo significó que los criollos en el gobierno tuvieran toda la libertad para despojar y abusar contra los pueblos indígenas que ahora estaban indefensos y eran presa fácil.

Ni la llegada al poder de Benito Juárez, el nativo zapoteco, paró esto, al contrario Juárez se distinguió por ser un represor de sus propios congéneres cuando fue gobernador de Oaxaca y luego con las leyes de Reforma, legitimó el despojo de tierras comunales a los naturales, amén que organizó matanzas contra ellos en el norte del país para que ingleses y holandeses pudiesen colonizar esas tierras.

Las rebeliones en el siglo XIX

El siglo XIX fue un siglo de abusos y despojos, el peor infierno que sufrieron los pueblos indígenas con los criollos en el poder que para tener una identidad distinta de los españoles peninsulares, inventaron el nacionalismo mexicano.

La historia del país llamado México es un continuo odio contra los pueblos originarios. Si los gobiernos mexicanos de siglo XX se caracterizaron por destruir todas las lenguas indígenas y atentar contra las culturas nativas, el siglo XIX fue un siglo de cuasi esclavitud en las haciendas y de invasión y despojo a las tierras comunales.

Por lo mismo se dieron rebeliones en distintos años por todo el país, mismas que fieron sofocadas con todo el poder del estado. Estas luchas eran desiguales porque los rebeldes solían estar mal armados y poco preparados para las labores de guerra. Y esto es decir mucho porque el ejército mexicano era un ejército tan mal preparado, que un ejército poco poderoso como el estadounidense lo derrotó en 1847 en la misma capital de México.

Aquí una lista breve de las rebeliones que fueron la base para la guerra de la revolución mexicana.

1821 Incursiones de apaches y comanches en Coahuila

1827 Llamado de Joaquín Arenas para que los pueblos originarios recuperen sus privilegios y sus repúblicas, mismas que les arrancaron los criollos con la consumación de la independencia.

1833 Levantamiento en Temazcaltepec.

1834 Plan de monarquía indígena de Carlos Tepisteco y Epigmenio de la Piedra según el cual se elegiría un rey entre los descendientes de Moctezuma y para que se mantengan las repúblicas de indios. Esto inspirado en lo que se acordó en las Cortes de Cádiz para devolver las tierras de la Nueva España a sus legitimos dueños y fue una de las razones por la cual, los criollos promulgaron la Constitución del Chilpancingo y los Sentimientos de la Nación, muy preocupados de perder sus privilegios y el control del territorio.

1836. Insurrección en Oaxaca.

1843 Levantamientos en Guerrero. Más de tres mil habitantes de los pueblos originarios agarran las armas para defenderse de los despojos de los criollos y su gobierno.

1844 Rebelión en Hidalgo contra la “capitación” o impuesto ciudadano. Protestas de los nativos en Puebla y Oaxaca porque los criollos les están invadiendo con el amparo de las autoridades, los terrenos comunales y las pasturas.

1845 Guerra en Juchitán por las invasiones de los criollos. El gobernador Benito Juárez la reprime.

1846 Levantamiento en Ahualulco y en la Hacienda de Bocas, SLP.

1847 Levantamiento en armas en la Huasteca. Inicio de la guerra de Castas en Yucatán. Los mayas se apoderan de dos tercios del estado. El objetivo es instaurar la república de los Cruzoob. Justo Sierra (padre) prepara un ejército con el que masacrará a los insurrectos.

1848. Levantamiento de Eleuterio Quiroz en Sierra Gorda. El general Anastasio Bistamante trata a los nativos de comunistas.

1849 Levantamiento en el valle del Mezquital. Se suman más levantamientos en armas en la Huasteca.

1850 Rebelión en Tlaxcala

1855 Alzamiento en armas en Zacapoaxtla

1856 Se promulgan las leyes de Reforma diseñadas para expropiar las tierras comunales a los pueblos originarios. Hay rebelión en diferentes comunidades contra el gobierno de Juárez por lo mismo. Juárez es visto como un enemigo en muchos pueblos originarios por haberles arrebatados sus tierras.

1857 Rebeldía en la Costa Chica de Guerrero.

1869 Rebeliones en Querétaro, Veracruz, Puebla e Hidalgo porque la república instaurada intenta aplicar las leyes de reforma. Chalco se levanta en armas también Tehuantepec y otros pueblos en Chiapas.

1870 Levantamiento en Juchitán.

1872 Rebeliones en la Sierra Norte de Puebla contra la reforma.

1878 Nuevos levantamientos en armas en la Huasteca.

1879 Levantamiento en armas en Tamazunchale al grito de “muerte a todos los que llevan pantalón”.

1879 Se realiza el Primer Congreso de los Pueblos Indígenas de la República, mismo que es atacado por los liberales.

1882 Nueva rebelión en Juchitán.

1894 Levantamiento en Zumpahuacán , Guerrero. El ejército lo reprime con ataque organizado en Acapulco.

1896 Levantamientos en Papantla y Soteapam.

1901 Ultima represión contra los Cruzoob. Para matar a los insurrectos se ocupa hasta dos tercios del ejército nacional.

1905 Levantamiento de Vicente Cedillo en Minas Viejas, SLP.

Guerra de Castas y el gobierno de Juárez como exterminio masivo nativo

La mayoría de estos levantamientos tuvieron una constante: el abuso se los criollos y el despojo de tierras que hacían. Los naturales buscaban trabajo en las haciendas y aquí empezaba su desgracia. Éstas eran la continuación de las fábricas de obraje instituidas desde el siglo XVI.

Desde el inicio del virreinato los criollos abusaron de los nativos y los forzaban a trabajar jornadas de 18 horas y los hacinaban no dejándolos salir. La corona trató de ser estricta con este trato inhumano y mandaba inspectores para evitar que esto sucediera. Estos llegaba a imponer multas severas.

En las haciendas ya sin la protección de la corona en plena época post-independencia, los criollos tuvieron carta abierta para sobre explotar a la gente y endeudarla con pulque.

Éste fue un factor elemental de aquella época pues los hacendados tenían mal comidos a sus trabajadores y para pagarles, instituyeron las tiendas de raya, donde el trabajador podía cobrar en especie su trabajo.

Debido a la mala alimentación, chile con tortillas de maíz, optaban por saciar su hambre con pulque y el alcoholismo se volvió común y esto generó endeudamiento en la gente. Quien les vendía pulque eran los mismos hacendados y así los trabajadores quedaban endeudados y debían alquilar a sus hijos como fuerza de trabajo.

La esperanza de vida en aquel tiempo era de treinta y cinco años.

Este modo de sobre explotación aunado con la Ley de manos muertas dieron el caldo de cultivo de múltiples rebeliones. por todo el país.

La ley de manos muertas o Ley Lerdo fue una lápida que cayó sobre la población nativa. Ésta había sido diseñada para quitar poder y tierras al clero, sin embargo sufrió una serie de alteraciones en el último momento antes de ser aprobada por el,pleno del Congreso de la Unión en 1857, que acabaría afectando a los dueños de las tierras comunales, esto es, la población nativa.

La ley de manos muertas permitía la expropiación del estado a tierras que considerara ociosas y esto llegó a ser muy subjetivo y permitió una serie de abusos por todo México. El estado llegó a expropiar terrenos comunales y los puso a la venta al mejor postor que invariablemente eran los criollos ricos y europeos que venían a hacer la América.

En el norte del país se dio mucho este fenómeno y el gobierno de Juárez no solo expropió terrenos y los vendió, incluso regalaba terrenos a ingleses, franceses y holandeses para que “colonizaran” el norte, Juárez veía esto como un acto de civilización y progreso.

Las rebeliones no se hicieron esperar y la respuesta de Juárez fue siempre la misma: exterminar. En el norte buscó aliados para combatir a pueblos como los apaches y a los rayados que se levantaron en armas no solo contra el gobierno mexicano, también contra el gobierno de los EUA. Pueblos como los kikapú sirvieron como aliados a favor de Juárez y después, de Porfirio Díaz para exterminar a diversas comunidades. Esas grandes rebeliones del norte significaron la desaparición total de múltiples etnias en el norte que fueron perseguidas hasta extinguirlas.

Unos de los grandes líderes de estas rebeliones fue Jerónimo, visto por el estado mexicano como un enemigo común con los EUA. El gobierno de Sonora fue muy activo para la persecución de nativos rebeldes y ofrecía jugosas recompensas por matar a los naturales.

En el sur se dio a mediados del siglo XIX la guerra de castas que fue sofocada por Justo Sierra, padre del escritos homónimo. Llevó un ejército de nativos de la zona centro para realizar un genocidio en zona maya. Esto en nombre del país. En realidad Justo Sierra hizo una campaña militar para ser dueño de muchas tierras que dijo defender, después del exterminio, su familia quedó empoderada de los territorios maya.

Por lo mismo se decretó en poblaciones como Tamuzunchale la guerra contra la gente de pantalones largos, esto es, los criollos o koyotl como aún les llaman hasta nuestros días.

Para leer más:

Dorothy Tanek de Estrada: La educación indígena en el siglo XVIIi. El cologio de México. http://biblioweb.tic.unam.mx/diccionario/htm/articulos/sec_22.htm

Rodolfo Pastor: Rebeliones campesinas en México https://cdigital.uv.mx/bitstream/handle/123456789/2510/198452P103.pdf?se

Maria Elena Capdeville: Rebeliones indígenas al norte de la Nueva España.

Jean Mayer: Problemas campesinos y revueltas agrarias. 1821-1910.

Miguel Ángel Suárez Caamal: La rebelión de los Cruzoob

Alicia Barabas: Utopías indias: Movimientos sociorreligiosos en México.. Abia Yala https://digitalrepository.unm.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=&httpsredir=1&article=1263&context=abya_yala

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