arte y expresión

¿Qué es el arte?  Pocas preguntas han generado tanta controversia y polémica desde hace siglos.  La realidad es que hoy en día sigue sin haber una respuesta satisfactoria, sin embargo, no por eso no vale la pena adentrarnos en el debate.

Cuando escuchamos la palabra arte, muchas cosas diferentes pueden venir a nuestra mente.  Para algunos, el concepto los llevará a pensar en pinturas o museos, para otros quizá en música, teatro o literatura.  Habrá los que asocien la palabra con buenos recuerdos y cosas placenteras, mientras que habrá también los que la asocien con tedio y aburrimiento.  Pero, ¿qué es el arte? 

Las definiciones de arte son numerosas y varían según la fuente consultada.  La RAE, por ejemplo, lo define como la “manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros.”  Si bien es una definición puntual, desde mi punto de vista resulta un poco incompleta ya que el arte va más allá de simplemente plasmar o interpretar la realidad.  Propongo, en su lugar, la siguiente definición: arte es la cualidad, producción o expresión de algo que es bello, atractivo o significativo.  Es una expresión u objeto estético porque está hecho para ser visto y apreciado.

Hay varias disciplinas, como la historia del arte, la estética, y la filosofía del arte, que se centran en estudiar diferentes aspectos del arte.  La estética es una de las más antiguas y complejas y se define como la rama de la filosofía que trata de la belleza.  Sin duda esta disciplina ha sido punto de innumerables debates e, inmediatamente, nos surgen muchas preguntas.  Si retomamos la definición de arte, se mencionó que una obra de arte es un objeto estético.  ¿Eso significa que toda obra de arte debe ser bella?  ¿Cómo se define la belleza?  ¿Quién decide lo que es bello?

La filosofía del arte es una rama de la filosofía que se enfoca en explorar la naturaleza del arte; estudia la expresión, la forma, la representación y la interpretación.  Los filósofos del arte buscan “establecer conceptos y teorías relacionadas con el arte para responder preguntas cruciales como “¿Qué hace que algo sea arte?” y “¿Por qué se debe valorar el arte?”” (Canelon, 2019).  La filosofía del arte analiza los factores que determinan si una obra es considerada arte.  No se enfoca, por ejemplo, en medir el grado de expresividad de la obra, sino en determinar qué la hace expresiva.

Finalmente, la historia del arte es el estudio de las artes visuales con el objetivo de identificar, clasificar, describir, evaluar, interpretar y comprender las obras de arte dentro de su contexto histórico específico.  La historia del arte busca entender los procesos sociales y políticos que han influenciado el proceso de creación de obras a través de la definición de estilos y corrientes artísticas.

La importancia del arte

El arte siempre ha existido y, en términos generales, ha fungido como lenguaje universal a través del tiempo y el espacio.  A pesar de que no constituye una necesidad primaria, todas las culturas en todas las épocas han creado alguna forma de arte.

Pensemos en lo siguiente: si el arte ha existido siempre pero no es necesario para la supervivencia del ser humano, ¿por qué es tan importante?  Su valor es tal que se resguarda en lugares especiales como museos, galerías, edificios históricos y hasta colecciones privadas.  ¿Cómo se podrá, entonces, abordar el estudio de la significación del arte en términos de su importancia para la existencia humana?  Yves Michaud propone para esto un análisis desde la estética hermenéutica, “que se concentra por tanto en la aprehensión de las intenciones de los artistas y el trabajo de interpretación de los espectadores, por encima de nociones como la de expresión o la de forma. Hace de la obra de arte un elemento clave de la manifestación del ser humano y de su humanidad.”

La función del arte ha cambiado a través del tiempo.  En épocas pasadas tuvo principalmente una función religiosa, política o histórica.  ¿Y en el presente?  La figura del artista y el proceso de creación del arte también han sufrido una transformación importante.  En la antigüedad un artista requería de un mecenas que patrocinara sus obras.  El artista no decidía qué quería pintar, esculpir, componer o escribir; creaba lo que se le comisionaba a hacer.  A partir de la Ilustración se empieza a ver cierta libertad creativa en los artistas aunque la función de sus obras seguía respondiendo a las necesidades de la época.  Pero no fue hasta finales del siglo XIX con el Impresionismo que los artistas tomaron pleno control de la producción y creación del arte.

arte moderno

¿Cómo se decide si algo es o no es arte?

Para responder esta pregunta, la filosofía del arte ha explorado la función del arte desde tres enfoques: el arte como imitación de la realidad, el arte como medio de expresión y el arte como objeto estético.  De manera similar, la historia del arte utiliza tres perspectivas generales para decidir si una obra es digna de hacerse llamar arte.  La primera es si la obra es una representación fiel de la realidad; la segunda es si la obra tiene una cualidad estética, es decir, si es agradable a la vista; y la tercera es si transmite algo al espectador a nivel de sentimientos, emociones, ideologías, etc. 

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El arte como imitación de la realidad

Cada obra de arte refleja la realidad (o al menos una parte de ella) del tiempo, el lugar y la cultura en que fue creada.  Para Platón, el arte era simplemente una imitación o copia de la realidad que alejaba a las personas de la verdad.  Él creía que un artista se limitaba a ver el objeto de su obra desde solo un punto de vista y, por eso, el arte nunca llegaría a captar la totalidad de lo real y verdadero.  Platón reconocía que el arte ocupaba un lugar de gran importancia en la experiencia humana, pero para él éste debía cumplir una función y no solo tener un fin estético; el arte debía servir para educar.

En torno a la estética, Platón habla de la “belleza universal” que no es algo material o tangible, sino que es algo suprasensible.  Consideramos que las cosas son bellas a través de la percepción de nuestros sentidos, pero la “belleza universal” es arquetípica y atañe sólo a la Inteligencia.  En ese tenor, las artes nunca podrán alcanzar un estado de “belleza universal”.

La postura de Aristóteles difiere un tanto de la de Platón.  Comparte la idea de que el arte era una imitación de la realidad, sin embargo, para él esto no era un aspecto negativo sino una forma de obtener conocimiento.  Aristóteles creía que el alcance del arte era aun más grande que el de la naturaleza.

Esta cuestión de la imitación de la realidad ha sido tema importante de la filosofía del arte desde la antigüedad y no solo abarca las artes visuales como pintura y escultura, sino que también concierne a las imitaciones de acciones en las obras de teatro, de sonidos en la música, y hasta del vínculo entre lenguaje y sentimientos.  En la actualidad, el uso de nuevos medios artísticos como la fotografía y el cine, han hecho que resurja la relevancia de esta problemática.

Michaud propone que, “una primera tarea consiste en evaluar la dimensión de las definiciones tradicionales del arte como imitación, puesto que, desde Platón hasta las teorías de las bellas artes del siglo XVIII, el arte fue definido por la imitación.”  La función y utilidad del arte se ha transformado radicalmente desde la era moderna.  Para el pintor ruso, Kasimir Malevich: “Al arte ya no le interesa servir al estado o a la religión; ya no desea ilustrar la historia; ya no quiere tener nada que ver con el objeto como tal, sino que cree que puede existir en y por sí mismo.”

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La expresión como elemento dinámico del arte

A partir del romanticismo, el enfoque del arte deja de ser en la imitación y se torna hacia la expresión.  “Esto conlleva una concepción nueva de la obra de arte como expresión personal del artista o espejo del espíritu de la época – dice Michaud – que, de ninguna manera, era la preocupación principal cuando se trataba, en primer lugar, de imitar la naturaleza.”  Este nuevo enfoque también genera una nueva experiencia en el espectador ya que, al entrar en contacto con la obra de arte, ésta evocará en el destinatario sensaciones, recuerdos, sentimientos o emociones.  El arte se convierte así en algo dinámico y participativo en donde el artista aporta solo una parte de la experiencia.  Es, al final de cuentas, el espectador el que va a generar una conexión con la obra y le va a otorgar un valor o significado en base a su experiencia personal.

“la cuestión del valor de las obras tiene poco interés desde el momento en que calibramos que la mayor parte de lo que llamamos arte es arte aunque sea mediocre en sentido de perteneciente a la calidad media, mala, muy mala o ordinaria; lo importante es que la valoremos y que esto dé placer, incluso si es equivocadamente.”

Michaud Yves
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Schopenhauer y la contemplación del arte

La estética ha sido abordada por numerosos pensadores; uno de los más grandes filósofos que han profundizado en el tema es Arthur Schopenhauer.  Para el filósofo alemán, la contemplación del arte ocupa un lugar primordial y forma la base de su filosofía sobre la estética.  Su pensamiento resulta ser la fusión de sus ideas sobre ética, epistemología y estética; lo bueno, lo verdadero y lo bello están conectados y existen como parte de una misma esencia.

Schopenhauer considera que la experiencia estética se da a través de la contemplación y apreciación del arte y de la naturaleza.  Esta apreciación lleva a una persona a tener una experiencia estética que puede ser de dos formas: la experiencia de lo bello y la experiencia de lo sublime.  Se experimenta lo bello cuando la contemplación de un objeto estético se da de manera natural y sencilla, por ejemplo, cuando se observan elementos de la naturaleza como una flor.  Existen también objetos o fenómenos que son difíciles de contemplar, que son tan fuertes, abrumadores o poderosos que, según Schopenhauer, se resisten a la contemplación, pero cuando ésta se logra se llega a experimentar lo sublime.  Aquí él menciona como ejemplos los paisajes desérticos, cascadas imponentes, y el cielo estrellado, entre otros.

Para Schopenhauer, el arte genuino es producto de un genio o de alguien que ha sido “inspirado momentáneamente al grado de la genialidad”.  Así, a través del arte se puede llegar al conocimiento esencial de todo aquello que está en el mundo de porque permite alcanzar una objetividad superior a la de la ciencia o el conocimiento empírico.

El arte toma una función muy especial en la filosofía de Schopenhauer al servir como elemento liberador del sufrimiento.  Él argumenta que mientras nuestra conciencia esté sujeta a la voluntad y sigamos siendo esclavos de nuestros deseos, seguiremos sufriendo a causa de esas carencias interminables.  En cambio, en un estado de contemplación pura, podemos dejar a un lado nuestra individualidad al perdernos en la belleza.  La contemplación estética de una obra de arte nos permite así alcanzar una liberación temporal del sufrimiento.  El placer es otro concepto estrechamente ligado a la contemplación estética ya que, al experimentar lo bello se genera necesariamente un estado de placer.  Para Schopenhauer, belleza significa placer, y el placer significa la liberación del dolor.

El arte en la actualidad

Tras reflexionar sobre algunos de los temas centrales en torno al arte nos queda preguntarnos ¿qué papel tiene el arte en la actualidad?  Antes el arte era algo reservado para un grupo minoritario de la sociedad, pero hoy en día se ha vuelto algo accesible para todos, tanto en términos de su producción como de su apreciación.  Todos podemos ver arte y todos podemos crear arte.  Al haber ya una plena libertad creativa, ¿hay una diferencia entre crear arte y ser un artista?  ¿Bajo qué parámetros se decide quién debe ser considerado artista?  Marcel Duchamp, uno de los artistas más controversiales del siglo XX, decía que todo lo que produce un artista es arte.  Si cualquiera puede crear arte, ¿será, entonces, que todos somos artistas?

Referencias

Canelon, Adrineli. (3 de noviembre de 2019). Filosofía del arte: historia, características y representantes. Lifeder. Recuperado de https://www.lifeder.com/filosofia-del-arte/

Michaud, Yves.  (2009).  Filosofía del arte y estética.  Disturbis.  Recuperado de: http://www.disturbis.esteticauab.org/Disturbis567/Michaud.html

Real Academia Española. Arte.  Diccionario de la lengua española, 23.ª ed., [versión 23.5 en línea]. <https://dle.rae.es> [18 de enero de 2022].

Shapshay, Sandra. (2021).  Schopenhauer’s Aesthetics. En The Stanford Encyclopedia of Philosophy, Edward N. Zalta (ed.), Recuperado de: https://plato.stanford.edu/archives/win2021/entries/schopenhauer-aesthetics/

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