La historia del Imperio Romano está llena de relatos de victorias y derrotas. La guerra de Carras fue uno de sus fracasos militares más grandes y humillantes, consecuencia de la ambición de un hombre, Marco Craso.

Antecedentes


El Imperio Romano se había convertido en la potencia más fuerte del Mediterráneo para mediados del siglo 1 a.C., sin embargo, se encontraba en medio de una fuerte crisis política que amenazaba su estabilidad. Con la finalidad de evitar que un solo individuo ganara demasiado poder, Cayo Julio César, decidió formar un triunvirato para crear un balance. Invitó a dos hombres de prestigio y renombre para ser parte de esta triada; a Cneo Pompeyo Magno, quien era conocido por sus conquistas y numerosas victorias, y a Marco Craso, el hombre más rico de Roma. De los tres, Craso era el de menor reputación, pero su participación era necesaria para mantener el equilibrio político y evitar la guerra civil.

¿Quién era Marco Licino Craso?


Marco Licinio Craso era un general aristócrata que había logrado hacer una gran fortuna a través de negocios e inteligentes alianzas políticas. Era dueño de minas, esclavos y prácticamente la mitad de los inmuebles de la ciudad de Roma pero, aunque gozaba de fama y prosperidad, vivía a la sombra de Pompeyo quien lo rebasaba en éxitos militares. A pesar de que Craso había logrado derrotar a Espartaco y la rebelión esclava, el crédito le había sido otorgado a Pompeyo y cuando Julio César lo invitó a formar parte del triunvirato, Craso vio la oportunidad de reivindicarse.

Los territorios del Imperio fueron repartidos entre los tres hombres y Craso se convirtió en procónsul de la provincia de Siria que colindaba con Partia, antiguo imperio iraní. A pesar de que había un tratado de paz entre Roma y Partia, Craso decidió invadirlo para obtener una gran victoria que lo pusiera, finalmente, a la altura de César y Pompeyo. El Imperio Parto era solo el primer punto en su plan de expansión el cual, inspirado en Alejandro Magno, pretendía abarcar los territorios de oriente y llegar hasta India, no obstante, una serie de errores estratégicos le acabarían costando todo, incluyendo su vida y la de su hijo.

guerra de los partos, invasión romana, marco craso

La campaña, la guerra y la derrota


Años antes de la guerra, el Imperio Parto se encontraba ya en conflictos políticos internos. Craso pudo haberse aliado en ese momento con el Rey Mitrídates y convertido a Partia en estado vasallo de Roma, pero decidió retirarse y reunir refuerzos, cometiendo así su primer error. Esta acción le dio tiempo a los partos de reestructurarse políticamente y fortalecer sus tropas.

La riqueza de Craso le permitió financiar un ejército de 7 legiones y 4 mil jinetes, incluyendo un millar que venían desde Galia comandados por su hijo Publio. En total las fuerzas romanas sumaban entre 36 y 43 mil hombres. Ignorando el dictamen del senado que recalcó que no debía ser invadido el Imperio Parto, Craso cruzó el Éufrates en el año 53 a.C., entrando oficialmente en territorio enemigo y comenzando así su campaña. Tras un inicio exitoso en el cual los romanos tomaron varias ciudades en el norte de Mesopotamia, la confianza de Craso aumentó y decidió continuar.

El rey armenio Artavasdes buscó aliarse con Craso proponiéndole que invadiera Partia a través de Armenia que presentaba una mejor ruta y, además, le ofreció un ejército de 40 mil hombres para sumar a sus fuerzas pero Craso se negó ya que no quería compartir el mérito con nadie. Este fue su segundo gran error.

Craso avanza por territorio enemigo


Al adentrarse en el territorio parto los romanos se encontraron en una zona vacía, sin ejército enemigo a la vista. Craso continuó avanzando a través del desierto pero la distancia y las condiciones climáticas fueron agotando la moral y las fuerzas de sus hombres. Cuando se acercaban a la ciudad de Carras, hoy Harrán, Turquía, algunos exploradores romanos volvieron tras haber sido atacados por el ejército parto que ya se encontraba cerca. Craso decidió aprovechar el momento y formar a sus hombres para luchar. Inicialmente su estrategia iba a ser configurar al ejército en una sola línea, pero temía que los partos pudieran flanquearlo. Cambió entonces a una formación en cuadro que le permitía tener visibilidad por todos lados.

El ejército parto, aunque mucho más pequeño que el romano, rodeó al cuadro con sus arqueros a caballo y empezó a lanzar una lluvia de proyectiles que penetró las defensas romanas. Las fuerzas partas contaban solo con 10 mil hombres y estaban compuestas principalmente por arqueros que disparaban a velocidad y hasta en retirada lo cual les daba mucha ventaja. La otra parte del ejército la conformaban los catafractas, lanceros a caballo con armadura pesada. El general del ejército parto era Surena, un joven militar en sus 20s con una gran habilidad estratégica. Astutamente escondió sus números haciendo pensar a Craso que era solo una guardia, pero detrás de esas primeras líneas de soldados venía el grueso del ejército con los catafractas cubriendo sus armaduras para parecer simple caballería.

La caída del hombre más rico de Roma


Los romanos aguantaron la lluvia de flechas pensando que eventualmente los partos agotarían sus proyectiles, pero Surena contaba con un gran refuerzo de camellos cargados con flechas para reabastecer a los arqueros. Al darse cuenta de esto, Craso envió a su hijo tras el convoy con los proyectiles. Publio rompió las filas partas con sus jinetes galos y, por un momento, parecía que el enemigo emprendía la retirada. Los romanos salieron en persecución, pero los partos se dieron la vuelta y los encararon y rodearon.

Al ver que la situación estaba perdida, Publio se suicidó y los partos cortaron su cabeza para mostrársela a Craso. La muerte de Publio afectó fuertemente a Craso quien siguió luchando pero ya no estaba en condiciones de liderar el ejército. Otros generales tomaron el mando e iniciaron la retirada, dejando atrás a todos los soldados heridos. Las águilas de sus 7 legiones fueron capturadas trayendo gran deshonra a Roma. Surena les exigió a los romanos volver a Siria y firmar un tratado de paz y Craso se vio obligado a negociar. En el trayecto se desató un conflicto que terminó con Craso muerto y su cabeza exhibida.

La pérdida tuvo fuertes repercusiones para Roma. La muerte de Craso acabó con el triunvirato y a partir de ese momento surgieron conflictos entre César y Pompeyo que eventualmente desencadenaron una guerra civil. El nombre de Craso pasó a la historia como sinónimo de imperdonable y, hasta la fecha, se usa el término “craso error” para referirse a una acción irreparable.

Escucha el podcast de Rebelión Antigua sobre el tema en Apple Podcast, TuneIn, Spotify y la página oficial.


Referencias


AMH. (May 18, 2021). Battle of Carrhae 53 BC- Rome vs Parthia: Rome’s Most Humiliating Defeat. https://www.youtube.com/watch?v=LaiDSFJE_c4&list=PLPTVocEWD1unXh-cUoZBFLLcbssn6zxBH&index=15

Kings and Generals. (Jul 11, 2019). Carrhae 53 BC – Roman–Parthian War DOCUMENTARY. https://www.youtube.com/watch?v=FVaADXhnxuE&list=PLPTVocEWD1unXh-cUoZBFLLcbssn6zxBH&index=14

Pasajes de la Historia. (Mar 5, 2020). Carras (53 a.C.) y el desastre de Craso. https://www.youtube.com/watch?v=xOyXmMZiV30&list=PLPTVocEWD1unXh-cUoZBFLLcbssn6zxBH&index=12

Zakerias Rowland-Jones. (Jun 29, 2013). Decisive Battles – Carrhae (Rome vs Parthia). https://www.youtube.com/watch?v=SKojtyjPKWM&list=PLPTVocEWD1unXh-cUoZBFLLcbssn6zxBH&index=13

Más post sobre Guerra y estrategia en el blog:

Guerra y estrategia (16): Mao Tse Tung

Guerra y Estrategia: Tucídides

Guerra y estrategia (13): Terrorismo

Leave a Reply

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

7 replies on “Guerra y estrategia(20): Marco Craso y la batalla de Carras”