La figura de la Malinche ha sido objeto de polémica en 500 años de historia entre las naciones ahora mexicanas y España. Ha sido pretexto para introducir diversas ideologías a través de los juicios de valor. Por lo mismo hay ausencia de miradas críticas a su biografía donde se encuentran contradicciones sobre este personaje que van desde la fecha de nacimiento, lugar de origen hasta el papel que jugó en la guerra de conquista.

En un primer momento de nacionalismo post independentista se le creyó traidora a la nación cuando en su tiempo no existía tal. Pero son los criollos que intentan convencer que la piedra angular de la nación mexicana es la civilización mexica, pues los criollos veneraban a los pueblos indígenas muertos, especialmente los tenochca, y rechazaban a los vivos.

No, la Malinche no fue traidora. Es una falacia histórica.

También se le ha llenado de romanticismo y ha aparecido como una enamorada que lo dio todo por Cortés. Marina, como fue bautizada fue todo menos una mujer enamorada pasiva. El Lienzo de Tlaxcala y el Manuscrito de Glasgow son claros al señalar el papel activo de este personaje en diferentes acciones junto a Cortés.

A mediados del siglo XX Marina es considerada una madre de la patria al ser pionera del mestizaje pues le dio un hijo a Cortés en 1522. Marina gestaría una nación según la doctrina nacionalista originada por Vasconcelos. Sin embargo el mestizaje racial no es sino una doctrina racista sin fundamento científico solo ideológico. El homo sapiens actual es resultado de una mezcla entre el homo sapiens y el neanderthal en la mayoría de los grupos humanos contemporáneos. La mezcla siempre nos ha definido como especie y el homo sapiens de hoy día nació mestizo. Marina no fue madre de nación alguna ni su apareamiento con Cortés modificó nuestros genes para siempre porque la gran mayoría de los mexicanos no tenemos ascendencia española como se observa en el censo de Revillagigedo a finales del siglo XVIII: el encuentro con los españoles fue irrelevante en cuestión genética.

Para la moral de nuestros días Marina no fue traidora, pero sí encaja en lo que ahora llamamos “genocida”.

Desde el feminismo se ha tratado de justificar sus acciones (como si hubiese algo que justificar) aludiendo que fue una mujer violentada desde niña y que su conducta solo respondía a las vejaciones que una mujer sufría en los pueblos indígenas en el siglo XVI. Así aparece en el siglo XXI la imagen de la Malinche oprimida.

Marina es participe de hecho cruentos como la matanza de Chololan y su presencia cambia a Cortés para siempre y él en calidad de capitán general de la tercera expedición española en Mesoamérica, realiza un modo de guerra más autóctono, Marina le enseña el teje y maneje de la política entre los pueblos nativos. Sin Marina Cortés no hubiese triunfado. Por lo mismo es necesario revisar a la Malinche desde su origen. Estos son los datos más relevantes de la vida de este personaje según Bernal Díaz del Castillo que es la principal fuente al respecto.

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Orígenes

Marina Tenepal nació alrededor del año 1500. Su origen fue chontal y nació en el poblado de Painal a decir de Bernal Díaz del Castillo ubicado cerca de Coatzacoalcos, Veracruz o bien de un poblado contiguo llamado Huilotlan, Esta región era un cruce pluricultural donde convivian tres idiomas: el chontal, el maya y el náhuatl. Por lo mismo Marina Tenepal los dominaba.

Se piensa de manera muy hipotética que fue extraída de un modo u otro de su lugar de origen e intercambiada en el tianquis de Xicalanco y así llega a través de varios dueños con el señor chontal de Potonchan, Algunos autores aventuran que la usaban como intérprete pero es poco probable porque en aquella época el políglotismo era usual y el náhuatl era ya una lengua franca junto con el maya.

Su padre, el señor de Painala murió y su madre contrajo nupcias con otro hombre empoderándolo y con él tuvo un nuevo hijo que sería el sucesor del difunto,  Marina salía sobrando en esa ecuación si se quería que el niño fuese el sucesor y es muy probable que a petición de la nueva esposa se inventa que había muerto e hicieron pasar el cadáver de una niña de la servidumbre, recién fallecida como el cuerpo sin vida de Marina y para este propósito la llevaron con el señor de Potonchan en calidad de obsequio, esto según Bernal Díaz del Castillo. Esta versión, la original parece la más creíble dado que en la antigüedad no existía el tráfico de esclavos en este continente pero sí era común regalar hijos, sobre todo si eran mujeres.

Sobre el origen de su nombre es claro que se ignora cómo se llamaba en su lengua materna, el chontal y que seguramente el cura Olmedo la bautizaría a capricho con el nombre de Marina.

Debido a que en lengua náhuatl los sustantivos pierden el sonido final al momento de aglutinarse y que el sonido de la “r” no existe en este idioma, Marina pasó a ser Malina entre los nahuahablantes y dado su rango de intérprete de los españoles, le agregaron el sufijo reverencial -tsin, aglutinando así la palabra. Por lo mismo el nombre quedó a Malintsin o en escritura castellana, Malintzin que los españoles pronunciaban como Malinche.

Ha habido otras hipótesis sobre su nombre, una de ellas es que se llamaba originalmente Malinalli y que de ahí le llamaran “Malintsin” y que fueran los españoles quienes le llamaran “Marina” entendiendo así su nombre. A favor de esta hipótesis es que en algunas variantes del náhuatl, entre ellas la tlaxcalteca, Malinalli se pronuncia “Malinal”. Dentro de este orden, un cura como Olmedo solo castellanizaría el nombre que escuchaba como “Malinal”.

Lo cierto es que durante la guerra de conquista se divulgó que su nombre derivaba de “Malinal” -Malinalli- (que quiere decir “zacatón”) y que Cortés también era llamado así, debido a que era común verlos juntos y era mas fácil nombrarle así desde el náhuatl. En suma, el nombre de Malintzin (Malinche) llega a referir tanto a Marina como a Cortés.

Esta última conjetura sobre su nombre es posible porque en realidad los datos sobre su origen son vagos y tal vez no haya tenido un origen noble y haya sido una habitante más de alguna comunidad nahuahablante cercana a Coatzacoalcos.

Sin embargo Bernal Díaz del Castillo refiere lo contrario y es la única fuente de la época que cuenta sobre la vida de Marina antes de que conociera a Cortés por lo cual podemos concluir que las reconstrucciones que se han hecho sobre su origen y su nombre son de índole conjetural sin que necesariamente corresponda a una reconstrucción histórica formal de lo acontecido.

Cuando Cortés sugiere la repartición del territorio ganado, Marina es nombrada señora de aquellas provincias, lo que indicaría el deseo de ella de enseñorear su lugar de origen.

En 1511 Diego de Nicuesa había llegado naufragando a la costa de hoy Yucatán. Él era nombrado  gobernador de Veragua (territorio que comprendía Nicaragua, Costa Rica y parte de Panamá) y en esa calidad fue a reprender a Nuñez de Balboa porque andaba adjudicándose la provincia de Darién correspondiente al hoy istmo panameño. 

Nuñez de Balboa repelió el ataque y obligó a Diego de Nicuesa a hacerse la mar de regreso hacia el lugar nombrado Nombre de Dios. Partió con 17 personas el 1 de marzo del calendario juliano y una tormenta lo sorprendió. Nicuesa y casi toda la tripulación murieron. Sobrevivieron Jerónimo de Aguilar y Gonzalo Guerrero quien se incorporaría a la población nativa y combatiría años más tarde a los españoles con la conciencia de los los verdaderos propósitos de estos. Gonzalo Guerrero finalmente moriría en combate contra los españoles.

Gonzalo Guerrero ha sido señalado como “padre del mestizaje en México”. En realidad este epíteto solo obedece a confirmar la doctrina nacionalista propia de los gobiernos mexicanos en el siglo XX. Tanto españoles como nativos americanos se conforman de múltiples pueblos de diverso origen y no constituyen un solo grupo étnico. De cualquier manera los españoles ya habían copulado y procreado con las nativas de la Isla Fernandina (hoy Cuba) que eran descendientes de los pueblos mayas. Por lo tanto, ese primer acto de mestizaje que tanto señalan los románticos nacionalistas se pierde en la bruma de la historia porque para los mismos españoles que son quienes escribieron esa parte de la historia, fue irrelevante.

En 1517 con el fin de capturar gente nativa para esclavizarlas, “civilizar” le siguen llamando algunos escritores hasta nuestros dias, el gobernador de Cuba, Diego de Velázquez organiza una nueva expedición conmandada por Francisco Hernández de Córdoba. Salen con dos bergantines y un navío con dirección a islas cercanas. No hay mucho entusiasmo pues los españoles se conformaban con estar en Cuba sin servidumbre. Sin embargo Diego de Velázquez ambicionaba ello por lo que ordenó la exploración y justificó los requerimientos de ésta ante la corona, pues en realidad no se ajustaban sus propósitos a las recién aprobadas Leyes de Burgos que prohibían la esclavitud en las tierras españolas.

Hernández de Córdoba iba con la ambición de descubrir nuevas tierras y ser gobernador de ellas como Diego de Nicuesa lo había sido o Nuñez de Balboa. Sin embargo su tripulación conformada por aproximadamente 110 españoles naufragó y por accidente llegaron como Nicuesa a la península de Yucatán pero son repelidos por los nativos.

Desde esta expedición se llamará a este lugar Yucatán por las conversaciones que tuvieron con los dos nativos capturados que llamaron Julián y Melchor siendo ellos los primeros traductores de los españoles que al serles enseñados un pan de yuca, ellos le llamaban “tlati” y de ahí se acuñó la palabra Yucatán a decir de Bernal Díaz del Castillo. También así fue llamada la provincia de Catoche que los nativos señalaban en su idioma como “nuestras casas” (cotoch).

El primer encuentro de Hernández de Córdoba con los nativos fue un primero de marzo de 1517 y llegaron unas canoas a los barcos españoles. Fueron en supuesto plan de paz, en realidad trataron de emboscarlos y expulsarlos. Solo la sorpresa de que conocieron en la acción las armas de fuego hizo que los naturales huyeran. En la confusión de la batalla un clérigo llamado González fue a explorar el pueblo y ahí descubrió la riqueza en oro contenido en los templos tipo pirámide, por lo cual llamaron al lugar El Gran Cairo, González sustrajo del templo principal todo el oro que pudo cargar. Este hecho sería el detonante para futuras exploraciones en busca de tesoros y oro en lo específico.

Estas estrategias de guerra serían muy bien aprendidas por los españoles y sobre todo por Hernán Cortés que por consejo de Marina y Maxixcatzin, señor de Ocotelolco, la aplica en la matanza de Chololan.

El siguiente movimiento fue en Campeche donde los nativos les llamaban “castillan” al reconocer que era la misma gente que la del naufragio de Diego de Nicuesa. Desde essa época es costumbre en muchas lenguas indígenas llamar a los españoles como “castillan”.

En Champotón libran una última batalla donde muere más de la mitad de la tripulación, dos son capturados y Hernández de Córdoba es flechado diez veces y a pesar que no muere por ello inmediatamente, ya en Cuba no sobrevive al hecho. Todavía en vida se enteró que Juan de Grijalva sería el nuevo capitán nombrado por Diego de Velázquez para explorar Yucatán que a decir de su pilotos de las tres tripulaciones, Alaminos, Camacho y Álvarez se trataba de una isla.

La segunda expedición sale en abril de 1518 y llegó a Cozumel, Yucatán y Tabasco. En Champotón (Chakan Poton) donde Hernández de Córdoba fue derrotado, lograron vencer a los nativos. En su viaje llegó a Potonchán centro del señorío de Tabscoob  donde conocería a su gobernante. Un año más tarde Cortés visitaría este lugar.

Juan de Grijalva pasaría por el río que ahora lleva su nombre, se internaría por San Juan de Ulúa llamado así por conocerlo en el día de san Juan Bautista y finalmente llega al Pánuco. Después de cinco meses de travesía decide regresar a Cuba.

La importancia del viaje de Grijalva reside en que confirma lo que ya han escuchado los españoles desde los viajes de Colón. Que hay un lugar llamado Culhua donde hay tesoros y una gran ciudad rica y poderosa. Que si buscaban oro, en Culhua lo habrían de encontrar.

Cuando llegan a Cuba creyeron que habían llegado por fin a su destino y por lo mismo la isla se llama así. Culhua es uno de los nombres antiguos a los que también se les llama “azteca” porque decían que venía caminando desde las tierras de Aztlan Culhuacan Chicomoztoc.

En Potonchan les hablan del gran poderío y riqueza de Moctecozoma y al regreso de Juan de Grijalva se ordena una tercera expedición pero el gobernador de Cuba destituye a Juan de Grijalva por no establecer una sola colonia en su viaje. Hernán Cortés, un estudiante de Derecho originario de la Extremadura, España es nombrado como nuevo capitán.

En febrero de 1519 saldría Hernán Cortés de la Habana del cabo de san Antón comandando una tercera expedición con 600 personas a bordo de 11 naves. Van 200 nativos esclavizados, 19 caballos, 14 cañones y armamento como escopetas que cargaban un tiro cada dos minutos, espadas y ballestas. Para esta expedición se gastan 20 mil ducados. Lo acompañan Antón de Alaminos que es piloto desde la primera expedición y Pedro de Alvarado que había acompañado a Juan de Grijalva en la segunda expedición y Bernal Díaz del Castillo que había sobrevivido a las dos expediciones anteriores.

La misión de Cortés que lo terminó llevando con la Malinche

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Suele decirse que bastó un puñado de españoles para derrotar a los americanos nativos y que la tecnología en el armamento fue un factor decisivo. Este tipo de afirmaciones solo delatan racismo, prejuicio y una falta de profundidad en la historia.

Las armaduras de los españoles eran pesadas y estorbosas sobre todo en climas tropicales. Llegan a ser tan inútiles que a la larga los españoles prefieren usar los vestidos de guerra que obtenían de los nativos. Las espadas no son ventaja en la lucha cuerpo a cuerpo porque tampoco vienen a la guerra lo mejor de la milicia española. La tropa se componía sobre todo de aventureros como era el mismo Cortés. Las escopetas tardan tanto en cargar que solo hacen daño en un primer momento que es el de la sorpresa, después no son muy prácticas, lo mismo sucede con los cañones.

El ejército de Cortés fue enviado por Diego de Velázquez a una “misión de rescate” que no es sino un eufemismo para decir que fueran por el oro de los templos que habían hallado en la primera expedición.

Cortés era alcalde del pueblo de Santiago cuando Diego de Velázquez después de considerar a otros para el cargo de Capitán General y por consejo de Amador de Lares cierra el contrato con Cortés el 23 de octubre de 1518.

En el contrato se establecen las capitulaciones donde se señala que debería catequizar a los pueblos sometidos, ganar territorios y establecer colonias a nombre de la corona y fuera del contrato Diego de Velázquez instó a Cortés de ser socios en las ganancias logradas a través del saqueo y la posesión de territorios.

Sin embargo hubo oposición al nombramiento de Cortés y Diego de Velázquez intentó revocar el nombramiento. Cortés se adelantó a los hechos y desde noviembre de 1518 empezó a armar su tripulación equipando las naves con trescientas cargas de pan, decenas de cabezas de ganado entre reses, borregos y puercos y aves y abastecimientos en lo general. Cortés partiría de Cuba con cierta oposición de Diego de Velázquez de que sentía engañado por Amador de Lates. Desde ese momento empiezan los problemas entre ellos al punto que años después inician una querella donde Cortés es acusado de hombre alzado y traición. Solo los logros de Cortés para la corona lo salvan de ser encarcelado.

Después de un intento fallido en noviembre de 1518 que fue detenido por el mismo Diego de Velázquez y Cuéllar la tercera expedición zarpa el 18 de febrero de 1519 del calendario juliano. Pedro de Alvarado que comanda uno de los barcos espera a Cortés en Cozumel. Desde esos instantes empezó la destrucción de los templos pretextando que derribaban a los Dioses paganos para imponer a la fe verdadera. En realidad Cortés y su gente empezaban el saqueo para lo cual él mismo había sido mandado. A través de sus dos intérpretes nativos Julián y Melchor instaban a la gente que se convirtieran al catolicismo y que sirvieran al rey de España.

Cortés escuchó de relatos donde se hablaba de los dos españoles sobrevivientes del naufragio de 1511 de Diego de Nicuesa y mandó a dos naves a su búsqueda a Punta Catoche comandadas por Diego de Ordaz, mismo que no tuvo éxito en esta empresa. Sin embargo Jerónimo de Aguilar se entera del hecho y va a Cozumel en búsqueda de los españoles. Antes, trata de convencer a Gonzalo Guerrero de que regresen con sus conacionales pero éste se niega. Guerrero empieza una campaña de guerra contra los españoles consciente de que ellos solo llegan a saquear, destruir, despojar de territorios y someter. Gonzalo Guerrero ya se había casado con una nativa y decidió defender su patrimonio y a su pueblo adoptivo.

Cortés ya iba tierra adentro pero unas fugas en su barco lo obligaron regresar a Cozumel y allí encontró a Jerónimo de Aguilar.

Este hecho es muy importante porque antes de Julián y Melchor la comunicación de los españoles durante sus expediciones era primordialmente a señas, actuaciones, gestos y sonidos guturales. Julián y Melchor les ayudaron a mejorar la comunicación pero aún estaban aprendiendo el castellano. Jerónimo de Aguilar llevaba ya 8 años en contacto con el maya y fue la solución como faraunte, es decir, traductor al que también llamaban “lengua”.

Cortés continúa con la ruta de Juan de Grijalva con la intención de tomar territorios y de saquear todo el oro que viese. Ese oro era sustraído de las piezas halladas y fundido para formar lingotes. Este proceso se repetiría durante toda la guerra de conquista y es el motivo principal de la gran destrucción cultural del patrimonio histórico de los pueblos americanos nativos.

Los nativos cuando ven las naves de Cortés prefieren esconderse en la selva. Ya han comprobado las intenciones de los extraños y la noticia de quiénes son se ha corrido por toda la zona.

El 11 de marzo entran por el río a Tabasco y enfilan hacia Potonchan, cabecera principal del imperio chontal.

Cortés es advertido por una comitiva nativa de que debe marcharse, que no es bienvenido. Cortés empieza la invasión en una batalla que se da en la costa, logran desembarcar y penetran al pueblo venciendo a los Pontonchan, los habitantes se refugian en la selva. Cortés manda dos misiones de reconocimiento lideradas por Pedro de Alvarado y Francisco de Lugo y encontraron a miles de mayas esperándolos para hacerles la guerra. Era el 14 de mayo y la batalla de Centla estaba por comenzar. Lo que parecía una eminente derrota hacia los castellanos pues eran superados por mucho en número, cambió cuando Cortés aparece en el campo de batalla acompañado con trece de sus soldados a caballo.

A través de varias fuentes sabemos que en ese primer momento se pensó que se trataban de animales sobrenaturales mitad hombres y mitad animal cuadrúpedo. Del asombro vino el terror. Los naturales huyeron y dejaron que Cortés y los suyos se alzaran con la victoria e invadieran la plaza.

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Cortés se encuentra con Malinche

Al otro día el 15 de marzo de 1519 Cortés es visitado por los principales señores de la región y se rinden ante él. Le llevan numerosos obsequios entre los cuales se hallaban 20 mujeres que asigna Cortés a sus hombres. Una de ellas que sería llamada Marina fue dada a uno de sus lugartenientes  de nombre Alonso Hernández de Puertocarrero.

En ese primer momento Marina es insignificante para Cortés. Sin embargo al continuar la expedición más hacia el norte, hacia Veracruz es claro que Jerónimo de Aguilar no es útil como faraunte. El maya no es hablado en esas regiones y deben recurrir una vez más al lenguaje de señas, ruidos y gestos. La lengua franca en esos lugares es el náhuatl.

 Lo más probable es que en esos momentos Marina nahuahablante y mayahablante se haya percatado del problema e hiciera la traducción a Jerónimo de Aguilar o bien que alguien le hubiese dicho a alguno de los españoles que las mujeres recién regaladas hablaban náhuatl y maya y que Marina haya sido la elegida por su destreza social y su belleza física. Bernal Díaz del Castillo la describe como que “era de buen parecer y entremetida y desenvuelta…digamos cómo doña Marina, con ser mujer de la tierra, qué esfuerzo tan varonil tenía…jamás vimos flaqueza en ella, sino muy mayor esfuerzo que de mujer”.

El hecho es que Marina (Malinche) empezó a traducir del náhuatl al maya a Jerónimo de Aguilar y éste a su vez hiciera lo mismo del maya al castellano.

Marina no tiene el perfil de una persona pasiva. Pronto resuelve el problema de usar a Jerónimo de Aguilar como intermediario pues aprende rápido el castellano y Marina ya no necesita al pasar los meses a Jerónimo de Aguilar pues ya traduce del náhuatl al español.

Marina es quien recibe a los primeros emisarios de Moctecozoma y quien traduce del náhuatl al maya en San Juan de Ulúa. Cortés redacta su primera Carta de Relación en Quiahuixtlan, cuando funda la Villa Rica de la Vera Cruz en julio de 1519 del año juliano. Ya han pasado cuatro meses de que Marina ha sido regalada a los españoles y en este punto ya se ha hecho indispensable por sus labor como traductora y probablemente ya tenía una relación de amasiato con Hernán Cortés.

Sin embargo era mujer dada a Alonso Hernández de Puertocarrero y la forma más fácil de deshacerse de él y quedarse con Marina fue enviándolo a España a entregar al rey Carlos I la primera Carta de Relación (que aún no eran llamadas así) y fue recibida por el secretario real Juan de Samano a manos del ahora procurador Hernández de Puertocarrero y de otro procurador Francisco de Montejo que llevaron tesoros propios del saqueo, a dos mujeres y a cuatro hombres nativos para ser exhibidos.

La tripulación en este destino fue llevada a cabo por el navegante Antón de Alaminos. Juan Rodríguez de Fonseca obispo de Burgos, no duda en encarcelar al procurador Hernández de Puertocarrero pretextando las pugnas entre Diego de Velázquez y Hernán Cortés y allí muere. Cortés lo había enviado a una empresa de riesgo y es posible que lo haya hecho con la intención de que no regresara más.

La primera Carta de Relación se extravió con el paso del tiempo. Sin embargo sobrevive una carta que también envió a sus padres Carlos y Juana fechada el 10 de julio de 1519 y que permite conjeturar el contenido de la relación extraviada.

Marina se convierte en el paso en tiempo en faraunte de Cortés y su amante ya con Alonso Hernández de Puertocarrero fuera de escena.

Cortés en su momento la colma de atenciones y le hace llamar con el epíteto de Doña mismo que es respetado por sus subalternos

Por lo mismo Diego Muñoz Camargo escribió en sus relaciones “El indio informa. Marina traduce. Cortés dicta y el escribiente escribe”. Cortés y Marina se hicieron inseparables y así aparecen en los códices que los representan y en los testimonios de Bernal Díaz del Castillo.

Marina como traductora y amante de Cortés tenía el poder de traducir a conveniencia una vez que Jerónimo de Aguilar se volvió prescindible. Esto significó que podía manipular lo que se le decía sin que Cortés se enterara. Podía guardar la información que quisiera y solo externar la que le acomodara. En suma, Marina se empoderó y con el trascurso de los meses no solo tradujo sino tomó decisiones de guerra junto con Cortés.

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De hecho en Tlaxcala Cortés es llamado Malintzin junto a Marina (Malinche). Ello es una muestra de qué tan compenetrados estaban uno del otro a un más de un mes de la partida de Alonso Hernández de Puertocarrero quien zarpó a España un 26 de julio de 1519. Cortés entra victorioso a Tlaxcala en 6 de septiembre de 1519 luego de que ha negociado con Maxixcatzin la alianza y lo ha motivado para que traicione a los entonces llamados texcaltecas que habían decidido hacerle frente al mando de Xicohtencatl Axayacatzin.

La traición se lleva a cabo un 3 de septiembre de 1519 en la batalla de Tzonpahtzinco donde el ejército de Cortés compuesto por sus 600 soldados y miles de aliados chontales, cenpoaltecas y mayas enfrenta a un ejército que los tiene sitiados y derrotados, al punto de que lo que más ansía la tropa de Cortés es volver a casa.

Sin embargo tres cuartas partes del ejército texcalteca hace la retirada por las órdenes de Maxixcatzin señor de Ocotelolco, poblado que ya era el más poderoso de la confederación texcalteca.

Malintzin (Malinche) es la intérprete y consejera del pacto que ya ha establecido Cortés con Maxixcatzin. Juntos ya han urdido la traición y Cortés le promete Chololan, Tepeyacac (Tepeaca) y Huexotzinco que solicita Maxixcatzin.

La batalla de Tzonpahtzinco fue una farsa, una puesta en escena astuta para argumentar a fortiori que Xicohténcatl Axayacatzin es tan mal capitán de los ejércitos texcalteca que no pudo derrotar al enemigo porque éste es imposible de derrotar dado su origen divino. Este es un punto en que muchos nativos aún pensaban que los españoles eran divinidades en la tierra. Xicohtencatl Axayacatzin pensaba totalmente lo contrario.

Ante el tlahtocayotl texcalteca Maxixcatzin argumentó la derrota de Xicohténcatl y convenció a los demás señores de la confederación para que se diera la alianza. Maxixcatzin se convertía así en quien daba las órdenes ante los texcalteca y la alianza con los españoles garantizaría que así fuese en el futuro.

Marina (Malinche) podía aconsejar a Cortés porque no solo le traducía de un idioma a otro. También era intérprete cultural y le decía a Cortés sobre las costumbres, la historia y la manera de hacer política. Atrás se habían quedado los ejércitos pequeños y de bajo poder militar. Fue la estrategia política lo que había derrotado a los texcalteca y no lo estrictamente militar. Se trató de una negociación donde reinó la mentira, la intriga y la traición.

La mentira porque en realidad Cortés no tenía la legalidad para ofrecer tierra alguna pues en la capitulaciones que había firmado en octubre de 2018 se comprometía que todas las tierras ganadas pasaban a ser propiedad del rey de España. La intriga y la traición porque Maxixcatzin preparó el terreno para demostrar por los hechos que Xicohténcatl había sido derrotado en guerra ante un rival claramente superior, argumento que se tomó por válido.

Cortés no presenta ese perfil en sus batallas anteriores. Cortés es una persona que en un principio solo busca el oro a través de la guerra. La muerte de Hernández de Puertocarrero corresponde a una nueva forma de resolución de conflictos de Cortés y eso ya es en tiempo de Marina.

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La Matanza de Cholula y el genocidio

El 18 de octubre de 1518 ocurre la matanza de Cholula. De nuevo la estrategia no es estrictamente militar sino política. Cortés difunde el rumor de que ellos mataron a mucha gente en Cholula porque Marina se había enterado a través de una anciana que la confundió con una joven del pueblo, que los mesihtin tenochca habían confabulado con los cholultecas para ofrecerles hospedaje y así matarlos por sorpresa mientras durmieran. Que la matanza de Cholula había sido en defensa propia puesto que los mismos chololteca no habían permitido el paso a todo el ejército de Cortés.

Bernardino de Sahagún narra que eso fue una mentira. Que la matanza fue injustificada y que se perpetró contra la población en general.

En realidad Cortés quería ir a Mesihco Tenochtitlán pero fue persuadido por Maxixcatzin para que se desviara de la ruta y pasara por Chololan e hicieran una matanza allí que sirviera para meter miedo a la gente de regiones vecinas.

Maxixcatzin quería cobrar venganza porque sus ancestros habían sido expulsados vergonzosamente de allí unos 100 años atrás. De esa manera también garantizaba que lo respetaran como su futuro señor (lo que nunca ocurrió aunque sí los tlaxcaltecas invadirían después gran parte de Chololan).

La gente de Maxixcatzin haría la matanza al recibir la orden de Cortés quien previamente habría solicitado ser recibido en Chololan y efectivamente, dado el pasado, los nativos no dejaron entrar al grueso del ejército compuesto por los texcaltecas.

Ya hospedados en son de paz, Cortés y los suyos empezaron a disparar sus arcabuces y esa fue la señal para que los de Maxixcatzin empezaran a matar a niños, ancianos, mujeres, guerreros, a todos por igual confundidos por el pavor y la sorpresa. Más de 5 mil personas murieron allá. Eran niños y mujeres un 40 por ciento de los masacrados. Maxixcatzin había consumado su venganza. Para no confundirse con sus parientes que vivían en Chololan, lo de Maxixcatzin se distinguieron por llevar un enredo en la cabeza con una tira blanca y otra roja. Cortés dió esa orden y por lo mismo le empezaron a llamar Malintzin, que quiere decir “el del enredo” que correspondía a cómo nombraban en lengua náhuatl a Marina.

El papel protagónico de Marina planeando y dirigiendo la Matanza de Chololan se registra en el Lienzo de Tlaxcala donde se observa a este personaje al lado de Cortés.

Basten estos dos hechos entre los muchos que hay para que podamos esbozar a cabalidad, fuera de todo prejuicio nacionalista y de género la figura de Marina quien daría a luz un hijo de Cortés en 1522 y que él mismo acabaría alejando una vez que ya no le fue útil. De ella aprendió la política y la forma de ganar la guerra a través de la intriga, la división y la negociación. Podríamos decir que Marina fue la maestra de Cortés y que ella lo llevó a triunfar en sus batallas hasta lograr la meta final: la caída de Tlatelolco Tenochtitlán.

Marina planeó junto a Cortés la muerte de miles de inocentes de la población civil sin motivo directo de guerra. Ordenaron matanzas injustificadas que actualmente llamamos “genocidio” y en nuestros días serían juzgados por crímenes de guerra de lesa humanidad. Fueron matanzas reprobables tanto como para la moral mesoamericana como para la europea.

También me parece impertinente acusar de traición a Marina pues en realidad no tenía pueblo de origen al ser desterrada de él por su propia familia. Tampoco había nación alguna y es desde el mexicacentrismo donde se piensa erróneamente que los mesihtin tenochca eran lo mismo que el México que se forja como nación a partir de 1821. Marina tampoco traiciona a los mesihtin porque ella no era parte de ese pueblo.

Tampoco era la sumisa enamorada que lo hizo todo, incluso traicionar a los “suyos” por la fascinación del extranjero por que los mesihtin no eran los suyos y nunca manifestó un perfil pasivo desde que conoció a Cortés. Estas versiones están llenas del romanticismo nacionalista y no corresponden a los hechos históricos.

Para la moral de nuestros días Marina no fue traidora, pero sí encaja en lo que ahora llamamos “genocida”.

En honor a ella la cúpula de poder tlaxcalteca decidió ya no venerar más a su antigua diosa Matlalcueye personificada en la montaña que domina esas tierras. Para esos tlaxcaltecas que no necesariamente eran el reflejo de lo que pensaba todo el pueblo, había una nueva diosa que venerar. Ella se llamaba Malintzin y así llamaron a esta montaña hasta nuestros días.

Para saber más:

Historia Verdadera De La Conquista De La Nueva España, Bernal Díaz del Castillo. Disponible en promoción en Amazon México

Malintzin, una mujer indígena en la conquista de México, Camilla Townsend Disponible en Amazon México

Las Vigilias del Maestro Ehecatl

El maestro Ehecatl (1)

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3 replies on “¿Quién fue realmente la Malinche?”