Guerra y estrategia(14): Batalla de Teutoburgo y visita al Varusschlacht Museum

En el año 9 AD tuvo lugar una de las derrotas más impactantes del Imperio Romano. La batalla del bosque de Teutoburgo, también conocida como Clades Variana (o el desastre de Varo), fue una de las traiciones más grandes de la historia. El enfrentamiento armado entre tres legiones romanas a cargo de Publio Quintillo Varo y una alianza de tribus bárbaras germánicas encabezadas por Cayo Julio Arminio concluyó con la aniquilación del ejército imperial y frenó la expansión de Roma hacia el este del Rin.

La presencia romana en Germania

Para el año 7 AD, el emperador Augusto, había incrementado la extensión del Imperio y reforzado las fronteras para evitar invasiones de los grupos bárbaros que habitaban en las zonas limítrofes. Las poblaciones colonizadas eran sometidas a un proceso de “romanización” con el objetivo de, eventualmente, poder integrarlas plenamente al Imperio. Una de las zonas que había resultado más complicada era Germania, sin embargo, para el año 9 AD, esta romanización parecía estar funcionando bien en los territorios al oeste del Rin. En cambio, la zona ubicada entre los ríos Rin y Elba era otra historia.

Publio Quintillo Varo llega en el año 7 AD a asumir el puesto de gobernador de Germania. Contaba ya con una extensa carrera política y militar, habiendo ocupado cargos de comandante de legión, cuestor, cónsul y gobernador de África y Siria. Además, gozaba del favor del emperador Augusto. Su tarea consistía en convertir a Germania en una verdadera provincia romana. Para esto debía implementar el sistema político y económico del Imperio, incluyendo un método de recolección de impuestos. Al principio logró entablar buenas relaciones con algunos nobles germanos, destacando el querusco Cayo Julio Arminio, pero a pesar de los esfuerzos de Varo, la presencia romana siguió generando descontento y desconfianza entre los grupos bárbaros.

Arminio era el hijo del jefe de la tribu querusca. Cuando los romanos conquistaron la zona en el año 18 AC, fue tomado como rehén junto con otros niños nobles para asegurar que las tribus honraran los acuerdos establecidos por el Imperio. Arminio obtuvo ciudadanía romana y recibió la misma educación que cualquier niño de la aristocracia, situación que resultó ser una gran ventaja para él ya que conocía a fondo el funcionamiento del sistema imperial. Su desempeño militar lo llevó a ocupar el cargo de comandante de las tropas auxiliares germánicas y así fue como regresó a tierras queruscas.

Los ejércitos

Los romanos y los germánicos tenían ejércitos muy distintos. La milicia romana era grande y contaba con equipo y entrenamiento superior. Varo tenía el mando de cinco legiones, cada una de 4,800 soldados y 120 unidades de caballería, y un número desconocido de tropas auxiliares. Todos iban bien armados y portaban equipo de protección. En contraste, los bárbaros tenían pequeños ejércitos tribales de pocos hombres que no formaban una entidad unificada. Sus armas eran menos efectivas y no usaban armadura. A primera vista esto parecería indicar que los romanos tenían toda la ventaja.

Se estima que el ejército de Varo pudo haber tenido entre 20,000 y 30,000 hombres, incluyendo soldados y civiles que acompañaban a la milicia. Los romanos viajaban, además, con numerosos carros de equipaje jalados por mulas en los que llevaban provisiones, equipo y armamento para los legionarios, y herramientas y materiales para sus campamentos. Todo esto hacía que la columna avanzara muy lento.

La falta de registros escritos germanos hace difícil conocer el número de las tropas de Arminio, pero investigaciones recientes basadas en estudios demográficos concluyen que pudo haber tenido entre 18,000 y 25,000 hombres. Tampoco se conoce con certeza cuántas tribus formaban parte de su alianza, pero los historiadores han sugerido que probablemente participaron queruscos, brúcteros, angrivarios, catos, marsos y sicambrios.

Antecedentes del conflicto

Varo seguramente fue enviado a Germania por su habilidad política y administrativa más que por su destreza militar. Augusto necesitaba tener a alguien en la zona con habilidad diplomática y que pudiera tomar decisiones inteligentes, de ahí que la tarea principal de Varo fuera asegurarles a las tribus que les convenía mantenerse leales al Imperio y así evitar nuevos enfrentamientos. Para lograrlo, Varo confió en las buenas relaciones que había entablado con algunos jefes bárbaros y, especialmente, en su amistad con Arminio quien contaba con amplia experiencia militar y era, además, el heredero de uno de los cacicazgos queruscos más importantes. Esta confianza ciega en Arminio se convertiría en su más grande debilidad.

A pesar de ser un perfecto soldado romano, Arminio nunca olvidó su origen. Al ser el hijo de un cacique tenía acceso a información valiosa sobre estrategias militares germanas que le fueron sumamente útiles al momento de planear la emboscada del ejército imperial. Al conocer también los movimientos de las formaciones romanas supo aprovechar sus puntos vulnerables. Sus años de experiencia como legionario le dieron una perspectiva y ventaja única y, al haber estado involucrado en la planeación e implementación de ataques contra las tribus, entendía perfectamente la mentalidad romana y la manera en que hacían guerra. Todo esto le permitió diseñar la estrategia ideal para derrotar a Varo.

La estrategia de Arminio

Arminio seguramente se valió de patrones predecibles en los movimientos romanos para ir organizando su levantamiento. Lo más difícil debe de haber sido convencer a los jefes de las tribus de unirse a la causa ya que muchos lo veían como romano en vez de querusco. Sin una fuerza germánica representativa no habría manera de librar una batalla exitosa.

El joven querusco estaba consciente de que cualquier combate necesitaba ser resuelto rápidamente para evitar que los romanos pudieran usar su superioridad en números. Su plan de ataque estaba basado en tres factores: primero, que los romanos creyeran que estaban transitando por territorio de tribus aliadas; segundo, que lograra convencer a Varo de establecer su campamento de verano en tierras queruscas; y tercero, persuadir a Varo de alargar su estancia allí bajo pretexto de afianzar la romanización de la zona. Arminio sabía bien que, mientras más tiempo estuvieran los romanos en territorio germánico, más grande sería la incomodidad de las tribus y habría más posibilidades de incrementar su número de seguidores.

Para que su plan de ataque fuera exitoso, Arminio necesitaba encontrar una zona en la que la ruta se hiciera angosta para frenar el avance de las tropas y llevarlos a una emboscada. Encontró justo el lugar perfecto en el bosque de Teutoburgo, cerca de Kalkriese, en donde el camino se convertía en un cuello de botella que no dejaba paso hacia los lados. Hacia el norte el terreno se convertía en pantano, mientras que hacia el sur estaban las tierras altas con bosques densos.

La batalla de Teutoburgo

Varo recibe órdenes de marchar a Vetera y reunirse con el resto del ejército para luego cruzar el Rin y emprender marcha hacia territorio querusco para establecer su campamento de verano. Durante su estancia en el campamento, Arminio fue ganando más influencia sobre las decisiones que Varo tomaba y fue hábilmente colocando todas las piezas de su plan. Con apoyo de sus aliados brúcteros y angrivarios, Arminio organizó una serie de ataques en la zona y aconsejó a Varo de mandar tropas para disuadir nuevos brotes. Varo siguió las sugerencias de su amigo y continuó confiando plenamente en él aún cuando el jefe germánico Segestes, padre de la esposa de Arminio, fue a informarle de la traición que planeaba el querusco. Al parecer la enemistad entre los dos germanos de debía a que Thusnelda, hija de Segestes, se había fugado con Arminio en contra de la voluntad de su padre. Varo decidió ignorar las acusaciones de Segestes. Mientras tanto los ataques continuaban y Arminio intentó convencer a Varo de mandar tropas nuevamente. Como el verano estaba por terminar, los romanos debían emprender su viaje de regreso a Vetera y no querían ya involucrarse en las revueltas. El plan de Arminio se desmoronaría si no lograba convencer a Varo de ir a apaciguar los ataques.

El 7 de septiembre, Arminio le informa al romano de un nuevo levantamiento a dos días de distancia que solo les implicaría un desvío menor. Varo accede a las insistencias de Arminio y decide llevarse tres legiones, la XVII, la XVIII y la XIX, así como las fuerzas auxiliares queruscas. Nuevamente confiando ciegamente en el joven comandante, Varo deja que las tropas de Arminio vayan al frente de la columna y que se adelanten para buscar más auxiliares. Es en este momento en que Arminio se reúne con sus aliados para detallar los últimos puntos de la emboscada.

El día siguiente los romanos continuaron su marcha hasta llegar a la zona en que el camino se volvía más estrecho. La columna, que abarcaba varios kilómetros de longitud, avanzaba lentamente a través del bosque. De pronto empezó a caer una fuerte lluvia que entorpeció más su progreso hasta que, repentinamente, se encontraron bajo ataque por todos lados. Las milicias germánicas se encargaron de separar al ejército romano en partes para irlo aniquilando por secciones. Esta estrategia les permitía tener triunfos graduales sin que el resto del enemigo se enterara hasta mucho después.

El 9 de septiembre siguieron los ataques. Los romanos enviaron un grupo de jinetes a buscar a Arminio y cuando no regresaron Varo entendió que había sido traicionado. Decidieron, entonces, retroceder y retomar camino hacia el oeste; era su única opción. Dejaron atrás todo lo que no era indispensable y repartieron el equipaje entre los soldados.

Para el día siguiente los germanos contaban ya con más tribus aliadas, tenían la ventaja del terreno y su movilización era más rápida y ágil que la de los romanos. Todo esto les permitió rodear a las legiones durante su intento de huida. El 11 de septiembre nuevamente cayeron fuertes lluvias que frenaron el avance romano. Los bárbaros bloquearon los accesos y fueron aniquilando lo que restaba de las legiones hasta prácticamente no dejar sobrevivientes. Al ver la derrota inminente, Varo y sus oficiales se suicidaron para evitar ser capturados.

La victoria germánica puso fin a la expansión romana al este del Rin y convirtió a Arminio en toda una leyenda.

Bárbaros en la pantalla

La batalla de Teutoburgo es un evento de gran interés para historiadores y arqueólogos. Asimismo, ha sido tema principal de numerosos libros, documentales, películas y, recientemente, hasta una serie de Netflix. Bárbaros (2020) nos presenta una historia de lealtades y traiciones que ofrece una buena interpretación de cómo se pudieron haber desarrollado los acontecimientos que culminaron con la derrota del ejército romano en el año 9 AD. Con una trama y escenografía bien documentada en los hechos históricos, la serie termina de captar a la audiencia con protagonistas carismáticos, villanos conflictivos y una historia de amor frustrado.

¿Verdad o ficción?

Bárbaros muestra una posible versión de la historia, especialmente en cuanto a las motivaciones que pudo haber tenido Arminio para decidir traicionar a Varo. Recordemos que el joven querusco creció como ciudadano romano y en la serie se plantea que había estado bajo la tutela de Varo por lo que este último lo consideraba casi como un hijo. Cuando Arminio regresa a sus tierras después de vivir años como romano se encuentra con sus grandes amigos de la infancia, Thusnelda y Folkwin. Se empieza a dar cuenta de ciertos abusos por parte del Imperio y esto le empieza a generar más y más conflicto, especialmente la persecución en contra de su amigo Folkwin. Cuando Varo lo presiona para tomar el lugar de su padre como jefe querusco en vez de seguir su carrera como oficial romano, todo cambia para Arminio y su nuevo destino se vuelve claro.

Tal vez nunca sabremos con exactitud qué llevó a Arminio a traicionar a Roma, o por qué Varo se empeñó en confiar en el querusco. Lo único cierto es que la victoria germánica marcó la historia.

Escucha nuestro podcast de Rebelión Antigua sobre la Batalla de Teutoburgo:

Referencias

McNally, M. (2011). Teutoburg Forest AD 9. The destruction of Varus and his legions. Osprey Publishing.

Decisive Battles – Teutoburg Forest (Rome vs Germanic Tribes). (Jun 21, 2014). Recuperado de: https://www.youtube.com/watch?v=Xcgm7c0lQ4o&t=1010s