Desde mediados del siglo XX ha existido un gran debate en la filosofía de la ciencia en torno a la validez de las teorías científicas. El realismo y el antirrealismo son las dos principales corrientes que participan en esta discusión. Ambas coinciden en que la ciencia es algo serio y que las teorías que se desprenden de ella deben interpretarse de manera literal, sin embargo, difieren sustancialmente sobre qué es exactamente lo que nos aportan estas teorías. En otras palabras, ¿qué es lo que las mejores teorías científicas – las más exitosas y comprobadas – justifican que aceptemos como cierto?

Los realistas


Los realistas consideran que debemos reconocer como verdadero el conocimiento procedente de las teorías más prominentes, o al menos aceptarlo como cercano a la verdad, incluyendo las aseveraciones que estas teorías hagan sobre fenómenos que no pueden ser observados directamente. Pensemos aquí en cosas que la ciencia solo ha podido detectar de manera indirecta a través del uso de herramientas como microscopios y satélites, por ejemplo, la existencia de agujeros negros, la presencia de radiación o la velocidad de la luz. La gran debilidad de esta corriente es que muchas de las teorías científicas aceptadas en un momento han resultado ser falsas, sin embargo, sus defensores argumentan que aun esas teorías descartadas nos acercan cada vez más a la verdad.

realismo y el antirrealismo

Los antirrealistas


Los antirrealistas, en contraste, proponen que solo se deben aceptar como verdaderas las teorías científicas que tratan sobre fenómenos observables de manera directa. Ellos abogan que el objetivo de la ciencia no es generar teorías para todo, sino promover el conocimiento que viene de los datos empíricos. Al ser verificables de manera directa, estas teorías no corren el riesgo de ser desechadas más adelante. En estrecha relación con el antirrealismo está el fisicalismo, filosofía que parte de la premisa de que todo lo que existe en el mundo es necesariamente físico y concreto. Para el fisicalismo, la naturaleza de lo existente se limita únicamente a la materia y, al igual que el antirrealismo, rechaza todo aquello intangible.

Sin adentrarnos en los detalles de cada postura, consideremos qué tan amplio es realmente el alcance del conocimiento científico. ¿Cuánto de lo que aceptamos como real y verdadero viene de una teoría o propuesta de alguna ciencia? La gran mayoría. Desde nuestro sistema de salud hasta el dispositivo en el que están leyendo esto ahora; el conocimiento científico está en todo.

Pero, ¿será, entonces, que llegaremos a saber todo lo que existe por medio de lo que la ciencia desarrolla, o habrá ciertas cosas que la ciencia simplemente nunca podrá conocer?

realismo y el antirrealismo

Argumento del conocimiento

En la década de los 80s el filósofo australiano Frank Jackson planteó un argumento del conocimiento (knowledge argument) que pone en duda algunas de las suposiciones fundamentales en torno al conocimiento científico. Analicemos su propuesta:

Mary es una científica brillante que se ha especializado en la visión humana. Posee todo el conocimiento existente sobre la percepción del color, incluyendo cómo viaja la luz a través del ambiente, cómo afecta nuestras retinas y qué sucede a nivel cerebral cuando vemos los diferentes colores. Mary lo sabe todo, sin embargo, ella nunca ha visto un color.

Jackson explica, “Mary está encerrada en una habitación en blanco y negro; es educada con libros en blanco y negro y con lecciones retransmitidas por una televisión en blanco y negro. De este modo ella aprende todo lo que se puede saber acerca de la naturaleza física del mundo. Conoce todos los eventos físicos acerca de nosotros mismos y nuestro entorno, en un sentido amplio de la palabra “físico” que incluye todas las cosas de la física completa, la química y la neurofisiología, y todo lo que se puede saber acerca de sus consecuencias (…). Si el fisicalismo es cierto, Mary conoce todo lo que es posible conocer.”

Un día Mary logra salir del cuarto y ve colores por primera vez. ¿Será que aprendió algo nuevo sobre el color a pesar de contar con todo el conocimiento teórico al respecto? ¿Habría algún aspecto sobre la percepción del color que no podía saber sin ver los colores con sus propios ojos? La mayoría diríamos que Mary sí aprendió algo nuevo. Este conocido experimento hipotético genera la conclusión intuitiva de que ciertas cosas solo pueden ser conocidas a través de la experiencia personal.

Nuestra experiencia empírica nos dice que hay estados mentales que no se pueden describir plenamente con hechos físicos; hay algo más que trasciende lo puramente material y que solo se puede saber o conocer a partir de la experiencia. Algunos pensadores afirman que Mary no aprende nada nuevo al ver, por ejemplo, el color rojo ya que, contando con un conocimiento completo sobre la visión, ella sabría que lo que está viendo es rojo. ¿Pero será lo mismo poseer un conocimiento completo sobre lo que ocurre en nuestro cerebro al ver un color que poder distinguir esa reacción cerebral?

Al respecto Jackson comenta que “Mary no conoce todo lo que hay por conocer, ya que cuando es liberada de su habitación en blanco y negro o se le da una tele a color ella aprenderá, por ejemplo, qué es, o cómo es, el ver alguna cosa roja. Esto se describe como aprender (…). Por tanto el fisicalismo es falso. Este es el argumento del conocimiento (knowledge argument) contra el fisicalismo en una de sus formulaciones.”

El caso de Mary también sugiere que posiblemente existan tipos de conocimiento que están fuera del alcance de la ciencia. Quizá esto nos parezca obvio ya que nadie diría que la ciencia debe encargarse de buscar verdades absolutas sobre temas de moralidad o valores, por ejemplo. Lo interesante del experimento de Jackson es que nos hace cuestionar cómo algo descriptivo y empírico como la visión a color también puede tener un componente que no se llega a conocer por medio de la ciencia, que hay partes del conocimiento que no se derivan de los hechos físicos.
¿Pero qué podemos deducir a partir de esto? Que tal vez nuestra noción de lo que es la ciencia y el conocimiento científico deba expandirse para incluir el conocimiento que se obtiene por medio de la experiencia. Esto implicaría aceptar que no es posible conocer todo mediante el proceso de indagación científica actual. Para que la ciencia pudiera abarcarlo todo tendría que cambiar la manera en que estamos acostumbrados a concebir el método científico porque ya no se enfocaría en generar solo datos objetivos y verificables. De ser así, tanto el realismo como el antirrealismo y el fisicalismo tendrían que replantear sus premisas centrales.

realismo y el antirrealismo

Experiencias y el fenómeno social

Si profundizamos un poco más se vuelve cada vez más evidente que hay ciertos fenómenos, como el enamoramiento, la fe religiosa o el altruismo, que la ciencia simplemente no puede explicar. Si bien hay estudios que nos pueden definir, por ejemplo, lo que pasa en nuestro organismo a nivel químico cuando nos enamoramos, cada quien vive la experiencia de manera distinta. Muchas personas creen que la ciencia no debe preocuparse por estos temas y que deben quedar fuera del alcance de la misma.

Pero también hay aquellos que consideran que la ciencia sí puede llegar a conocer todas las facetas de la experiencia humana y que la exploración de estos aspectos que son fundamentales en la condición humana puede ser de gran beneficio. Si retomamos el ejemplo del enamoramiento, un estudio científico podría ayudarnos a entender ciertas patologías o patrones de comportamiento negativos e impulsar el desarrollo de herramientas para su tratamiento.

Estas reflexiones nos generan otra gran pregunta. ¿Por qué será que la mayoría de las personas piensan que hay aspectos de la experiencia humana que están fuera del alcance de la ciencia? El dualismo cartesiano plantea que somos seres que creemos en dos dimensiones básicas de la realidad: lo físico y lo mental. Tenemos la idea de que nuestro cuerpo y nuestra alma son entidades separadas.

Con esta concepción de la realidad la ciencia solo puede ofrecer explicaciones adecuadas para nuestro lado físico, nuestro cuerpo material; solo puede ayudarnos a entender las causas de un infarto, mas no nos puede ofrecer una cura para un corazón roto. Inclusive en cuestiones médicas, para enfermedades como depresión, Alzheimer o Parkinson, la ciencia nos puede dar los síntomas, las causas, los tratamientos, pero no nos puede decir lo que la persona que padece la enfermedad realmente experimenta. Cada caso es distinto porque cada persona lo vive de manera individual.

Un estudio realizado por Gottlieb y Lombrozo (2020) se adentró más en el papel de la ciencia en esta dicotomía de lo físico y lo mental y se interesó en saber si las personas se sentirían incómodas si la ciencia pudiera conocer todo. Descubrieron que la gente sí sentía incomodidad ante la posibilidad de que la ciencia pudiera explicar aquellos aspectos correspondientes a la dimensión mental, tales como el amor, la moral o la religión. El estudio concluyó que, para la mayoría, aquellas cosas que diferencian al homo sapiens de las otras especies no se consideran dentro del alcance de la ciencia. El ser humano quiere aferrarse a la idea romántica de que es superior y especial pero “la imaginación es la típica facultad a la que recurren aquellos que carecen de conocimientos,” comenta Jackson.

Retomando el caso de Mary, Jackson discute que “la cuestión determinante en el argumento no es el género, el modo o el tipo de conocimiento que Mary tiene, sino qué es lo que conoce. Lo que conoce de antemano es, según la hipótesis, todo lo que físicamente hay que conocer, pero ¿es esto todo lo que hay que conocer? Esta es la pregunta crucial.” Nos queda entonces la duda de cuál será el rol de la experiencia en el proceso de adquisición del conocimiento científico. Tal vez para alcanzar un conocimiento completo se requieren dos componentes: la teoría y la práctica, la información obtenida de los datos físicos y aquella que solo se adquiere a través de la experiencia personal. El problema aquí para la ciencia es que si la experiencia varía de acuerdo a cada individuo, ¿cómo podrían cuantificarse esos datos?

¿Será, entonces, que mucho de lo que aceptamos como verdadero dependa del conocimiento generado por nuestra propia experiencia? ¿Habrá cosas que podamos conocer a fondo únicamente a través de los datos físicos? El debate continúa…..

Referencias


BBC News Mundo. (11 septiembre 2021). «Lo que Mary no sabía»: el experimento para demostrar que no todo tiene una explicación física. Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/noticias-58429565

Curd, M. & Tulodziecki, D. (2020). Should We Trust What Our Scientific Theories Say? En What is Scientific Knowledge? An Introduction to Contemporary Epistemology of Science, Editado por Kevin McCain & Kostas Kampourakis, pp. 245-259. Routledge: New York.

Gottlieb, S. & Lombrozo, T. (2020). What Are The Limits Of Scientific Explanation?
En What is Scientific Knowledge? An Introduction to Contemporary Epistemology of Science, Editado por Kevin McCain & Kostas Kampourakis, pp. 260-273. Routledge: New York.

Jackson, F. (1986). Lo que Mary no sabía. Journal of Philosophy, 83, pp. 291-295.

Para saber más

Explorando el problema de lo real: Matrix e Inception

Ciencia vs pseudociencia: en busca del conocimiento verdadero

Sobre la posibilidad de pensar la inmortalidad digital en la mente de un organismo biológico

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One reply on “Los límites del conocimiento científico: ¿Hay cosas que la ciencia no puede explicar?”

  • Anónimo
    junio 13, 2022 at 10:37 pm

    4.5