cine y filosofía

Waking Life (Linklater, 2001) es, ciertamente, una película única. Al combinar efectos de animación con profundos contenidos filosóficos, esta obra cinematográfica transporta al espectador a un mundo de sueños cargado de interesantes reflexiones sobre la vida. “Dicen que los sueños son reales solo mientras duran. ¿No podríamos decir lo mismo de la vida?” Al recapitular sobre nuestros propios sueños, seguramente recordemos alguno que nos ha dejado algo valioso. De igual manera, Waking Life, nos presenta interesantes planteamientos que, sin duda, nos dejarán pensando.

Desde el inicio, los efectos visuales de Waking Life nos hacen dudar si el personaje principal se encuentra despierto o soñando. “En ciertos momentos,” comenta Kevin Stoehr, autor de The On-Going Wow: Waking Life and the Waltz between Detachment and Immersion, “la película (como la vida misma) se vuelve demasiado – muy confusa y ecléctica,” sin embargo, logra generar un gran involucramiento intelectual del público. “Puesto de manera sencilla, es una montaña rusa para los sentidos y la mente.” Las constantes subidas y bajadas que presenta la trama abren un espacio para ponderar si hay respuestas definitivas para los cuestionamientos sobre el sentido de la vida. La película nos deja con la idea de que la vida está llena de caminos y posibilidades y que la vida misma es la respuesta. “El significado de la vida es, entonces, una vida con significado – una existencia compuesta de elecciones y acciones realmente significativas.”

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La filosofía va al cine


Waking Life nos pone cara a cara con uno de los cuestionamientos filosóficos más esenciales que tenemos como seres humanos: ¿Son las cosas que suceden en nuestras vidas algo predeterminado por algún poder o ley suprema, o son el resultado del azar? Para los existencialistas, por ejemplo, la existencia de cada individuo consiste en crear un orden y significado para todos los eventos aleatorios que nos suceden. En Waking Life, se percibe esa sensación de aleatoriedad buscando reflejar la de la vida cotidiana. Para Stoehr, “es esa aleatoriedad la que nos reta a crear estructuras y patrones significativos para darle sentido a los detalles fluctuantes de nuestras vidas individuales.” La incertidumbre e impotencia ante todo aquello que no podemos controlar nos impulsa a buscar explicaciones ya que, cuando las cosas hacen sentido, nos sentimos menos perdidos.

Al encaminarnos en esa búsqueda de sentido nos encontramos con dos posibles rutas: la inmersión o el desapego. Si tomamos el camino de la inmersión, nos involucramos activamente con la vida, llenos de entusiasmo y participación, con la intensión de absorber todo lo que la vida nos ofrece. Esta postura apoya la idea de ser conductor y no espectador de tu vida. La única desventaja de tomar este camino es que la experiencia que se obtiene con la inmersión es muy personal y unilateral, es decir, no nos permite ver el panorama completo. Si, por el contrario, tomamos el camino del desapego, nos alejamos lo más posible del movimiento y los detalles individuales de la vida para obtener una visión más amplia y menos sesgada. Así podemos entender y evaluar nuestra existencia con mayor objetividad e imparcialidad, sin embargo, este enfoque nos lleva a una experiencia de vida alejada e indiferente. “Hay dos tipos de mártires en este mundo: los que sufren de una falta de vida y los que sufren de una superabundancia de vida.”

La estructura de Waking Life confronta al espectador desde el inicio con una sensación de desapego, de separación, de desorientación, de estar dentro de un sueño. Inclusive, durante gran parte de la película, Wiley Wiggins, el personaje principal, se encuentra atrapado en un sueño sobre el cual no tiene control y solo pasa de escena a escena observando y escuchando a los demás personajes prácticamente sin interactuar con ellos. Conforme avanza la historia, Wiggins empieza a tomar más y más interés en participar activamente en las conversaciones con los personajes de su sueño y poder tomar control de él. Se percibe aquí la importancia de la inmersión ya que Wiggins se da cuenta que no es suficiente solo ver y escuchar, sino que es necesario actuar para realmente tener una experiencia de vida.

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La autenticidad de la vida y apreciar el momento


A lo largo de la película hay un mensaje recurrente: que la vida solo adquiere un significado auténtico o genuino cuando activamente creamos ese significado en el momento presente. En lugar de simplemente recibir ese significado de fuentes externas como la sociedad, Dios, la naturaleza, etc., está en cada uno de nosotros construirlo. El significado de la vida no llega simplemente un día a tocar la puerta; es en el “hacer” y “vivir” que surge ese significado. Y ese “hacer” incluye tanto pensar como actuar; requiere de la teoría y de la práctica.

Al mostrar la importancia de ambas dimensiones de nuestras vidas, las escenas de la película sugieren que la actividad de auto-creación requiere hacer uso de nuestro libre albedrío, de cultivar nuestra individualidad y de integrar los aspectos conscientes e inconscientes de nuestra persona. “Debemos apreciar el momento presente como una oportunidad creativa continua para lograr una transformación positiva de uno mismo,” comenta Stoehr. Así podemos superar actitudes negativas como el resentimiento, la indignación y la negación que aparecen representadas por algunos personajes en la película.

En una escena de la película, Wiggins se encuentra en una clase de filosofía en la que el profesor Robert C. Solomon está hablando sobre el existencialismo. El profesor les explica a sus alumnos que el existencialismo no promueve la desesperanza como muchos piensan, sino que, al contrario, trata sobre la exuberancia de estar vivo. Comenta que las personas en la actualidad “están perdiendo las verdaderas virtudes de vivir la vida con pasión, de aceptar la responsabilidad de quienes son, están perdiendo la habilidad de hacer algo con sus vidas y sentirse bien de vivir.” En otras palabras, el ser humano se está volviendo demasiado desapegado y pasivo. Conversando después con Wiley, el profesor cita a Sartre, quien argumentaba que nuestras vidas están construidas a través de nuestras decisiones y que debemos aceptar la responsabilidad de sus consecuencias.

Las personas no deben hacerse víctimas de las circunstancias, cada acción y decisión que tomamos impacta nuestro futuro. La vida debe ser una actividad creativa en la que cada individuo busque crear su propio sentido de “yo” aprovechando los recursos y oportunidades que se van presentado. Nuestras vidas no están predeterminadas, sino que son el producto dinámico de nuestras decisiones y acciones pasadas y presentes.

Tener opciones y tomar decisiones requiere de la libertad de elegir; de lo contrario simplemente seríamos robots programados a hacer lo que otros quieren. El problema de la libertad humana es otro punto que se explora en la película cuando el profesor de filosofía David Sosa le expone a Wiley uno de los cuestionamientos más relevantes de la antigüedad, explorado inclusive por teólogos medievales como San Agustín y Santo Tomás de Aquino.

“¿Cómo podemos ser verdaderamente libres si Dios puede anticipar todo lo que va a suceder desde un plan providencial y, por lo tanto, determinar todo lo que nos sucederá?” Ya sea Dios o las leyes físicas del universo, si nuestras acciones están predeterminadas, ¿dónde queda la libertad? Sin ella, ¿dónde queda nuestro sentido de individualidad? “Quienes somos es, en gran medida, una cuestión de las elecciones libres que hacemos,” – explica Sosa – ya que “solo puedes ser responsable -solo puedes ser culpable, admirado o respetado- por cosas que elegiste hacer voluntariamente.”

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Buscando una historia de vida


Otro aspecto interesante que se explora en Waking Life es la creación de nuestra historia de vida; para ello cada individuo ejerce un triple rol como autor, narrador y personaje principal. Debemos crear nuestras narrativas personales de manera que integren exitosamente distintos componentes de nuestra personalidad como nuestros deseos, pasiones, creencias, valores, ideologías, etc. Esa narrativa le da a cada persona un sentido a través de la construcción de una identidad auténtica que incluye, asimismo, la comprensión del paso del tiempo. Surge entonces la “paradoja del envejecimiento” al intentar integrar la persona que éramos hace años con la persona que somos hoy. La narrativa se convierte así en una pre-condición para llegar al autoconocimiento de esa identidad personal que pueda conectar todos los episodios de nuestra vida.

En Waking Life, la línea entre la consciencia de la vida despierto y el inconsciente del mundo de los sueños se vuelve difusa. Al no poder distinguir entre estos dos mundos, ¿cómo podemos saber qué es real? Nuestro cerebro no puede diferenciar una acción que se lleva a cabo en un sueño de una que sucede mientras estamos despiertos. ¿Existe una única realidad o vivimos todos una realidad interna y externa igualmente válidas? La película nos sugiere que, tal como los personajes del sueño de Wiley solo existen porque los creó su mente, el significado que le damos a nuestra vida solo existe porque decidimos crearlo y otorgárselo. Vivir es una condición significativa por la misma razón de que nos ofrece la oportunidad de crear significado. Igual que Wiley, debemos despertar y convertirnos en mucho más que simples espectadores pasivos y desapegados de nuestras vidas.

¿Qué nos deja Waking Life?


La película nos deja pensando en demasiadas cosas al contar con un contenido muy amplio de reflexiones sobre la experiencia de vivir. El término waking life se refiere al estado de consciencia cuando estamos despiertos. Al mezclar ese estado despierto con el mundo de los sueños y la posibilidad de tomar control de él a través de un sueño lúcido, la película nos abre la tentadora posibilidad de crear cualquier cosa que queramos. Se logra un sueño lúcido cuando nos damos cuenta de que estamos soñando y ejercemos el rol de creadores en el sueño.

ar el entorno al gusto. Pero, si no hay imposibles en un sueño y, en teoría somos creadores de nuestra realidad, ¿por qué limitamos tanto nuestras experiencias y posibilidades en nuestra vida cotidiana? ¿Por qué nos ponemos tantas barreras y dejamos que el miedo, las inseguridades o alguien más decida cómo vivimos? Al analizar el curso que ha seguido la humanidad a través del tiempo se vuelve evidente que, en realidad, no ha habido un progreso o un crecimiento, no han surgido nuevos o mejores valores a lo largo de la historia. “¿Cuál es la característica humana más universal? ¿El miedo… o la pereza?” “El peor error que puedes cometer es creer que estás vivo cuando realmente estas dormido en la sala de espera de la vida.” ¿Qué pasaría si combináramos nuestras habilidades conscientes con las posibilidades infinitas de los sueños?

En una de las escenas más cargadas de contenido, cuatro hombres van caminando por la calle reflexionando sobre la realidad que se vive:

Green: Si el mundo que nos vemos obligados a aceptar es falso y nada es verdad, entonces todo es posible.
Liebrecht: En el camino de descubrir lo que amamos, nos daremos cuenta de todo lo que odiamos, de todo lo que bloquea nuestro camino a lo que deseamos.
Katt: El confort nunca será confortable para aquellos que buscan lo que no está en el mercado.
Goldberg: Un cuestionamiento sistemático de la idea de la felicidad.
Katt: Para vivir como si algo realmente dependiera de las propias acciones.
Liebrecht: Para demostrar el contraste entre lo que actualmente es la vida y lo que podría ser.

Sus planteamientos nos llevan, nuevamente, a este debate entre inmersión y desapego. Y si bien a cada uno le corresponde sacar sus propias conclusiones, por más reveladora que pueda ser una vida de contemplación, no podemos quedarnos ahí; no podemos quedarnos sentados y ver nuestra vida pasar a través de una ventana como si fuera un sueño. La plenitud está en el hacer, en el actuar y en el crear.


Referencias:



Linklater, R. (2001). Waking Life. Fox Searchlight Pictures. (Aquí pueden conseguir la novela gráfica)

Stoehr, K. (2005). The On-Going Wow: Waking Life and the Waltz between Detachment and Immersion. En Movies and the Meaning of Life. Philosophies take on Hollywood, Editado por Kimberly A. Blessing y Paul J. Tudico, pp. 28-34. Chicago and La Salle: Open Court.

Dentro del blog:

El Cine y el Significado de la Vida Pulp Fiction.

https://blog.rebelionantigua.com/pulp-fiction-preguntas-sobre-la-moral-y-el-sentido-de-la-vida/

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